El desafío independentista
Rajoy y la vicepresidenta median con Artur Mas para retomar el diálogo
Sáenz de Santamaría buscó el sábado un encuentro con el presidente de la Generalitat. Los contactos en clave económica no se han roto nunca
Sáenz de Santamaría buscó el sábado un encuentro con el presidente de la Generalitat. Los contactos en clave económica no se han roto nunca
El Gobierno ha decidido tomar una vez más la iniciativa para recuperar los puentes de diálogo que la Generalitat dinamita periódicamente dentro de la escenografía con la que alimenta el conflicto con Madrid y el discurso del agravio. Por eso, una vez más el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha optado por primar el diálogo institucional por encima de los últimos desencuentros y de los últimos malos gestos de la Generalitat y de su presidente, Artur Mas.
De estos malos gestos que son visibles, entre los más recientes está el plante de Mas a una cena de la patronal catalana porque la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, como presidenta en funciones, era la encargada de clausurarla. Días después, la tensión la sustanciaron en las quejas victimistas con motivo de la reunión de la pasada semana de ministros europeos en Barcelona, que presidió Rajoy. Y entre medias caldearon más el ambiente con el informe sobre las supuestas deudas del Estado con Cataluña, en el que se comparaba hasta el dinero que recibía el Teatro Real, en Madrid, y el Palau de la Música. En este marco de tensión, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, medió el pasado sábado con Artur Mas en un encuentro absolutamente informal. Los dos coincidieron en la boda del hijo del presidente de Planeta, José Manuel Lara, y de la hija del director de Indra en Cataluña, Manuel Brufau.
Y fue la vicepresidenta la que tomó la iniciativa de acercarse a la mesa donde estaba sentando Mas para favorecer una charla distendida con él, según confirmaron algunos de los testigos de la conversación. Sáenz de Santamaría seguía así la directriz de Rajoy, implicado directamente en esta decisión de hacer todo lo posible por preservar el diálogo institucional con la Generalitat. También se hacía eco del sentir mayoritario del empresariado catalán, desde donde demandan que el diálogo y las relaciones entre Madrid y Barcelona se mantengan por encima de todo. Esta petición es compartida por otros agentes sociales catalanes.
El Gobierno está muy decepcionado con la respuesta de Mas «a todas las oportunidades» que dicen que le han ofrecido en estos meses de atrás «para buscar una salida del laberinto en el que se ha metido y para ayudarle a rectificar el camino sin salida por el que lleva a los catalanes». En el Ejecutivo asumen ya que Mas no rectificará por sí mismo, sino obligado por las circunstancias: la división dentro de CiU, la presión de los empresarios y de la sociedad civil crítica con su radicalización o la confirmación en las urnas del «batacazo» que le pronostican las encuestas. Pero entre tanto, ni las «deslealtades» ni el «obcecamiento en la ruta soberanista» van a desgastar el plan de Rajoy para gestionar el desafío independentista, según sostienen.
«Nosotros no sólo mantenemos la oferta de diálogo, sino que lo vamos a seguir buscando y promoviendo. No vamos a entrar en las provocaciones ni nos van a encontrar en la ruptura. Ahora bien, dentro de la ley», insisten.
Los contactos en clave económica y financiera no se han roto nunca, porque la Generalitat necesita de ese diálogo para seguir subsistiendo y no quebrar. Y el diálogo político se reactiva con cambio de cromos en algunos de los interlocutores. El Gobierno sigue confiando en el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida; y en otros dirigentes moderados de Unió, como el portavoz económico en la Cámara Baja, Josep Sánchez Llibre.
De momento, la conversación entre Sáenz de Santamaría y Artur Mas sirvió para romper el «muro» que este último había levantado en los últimos días en su relación con el Gobierno. Ha habido otros contactos, con participación del propio jefe del Ejecutivo, y si hay más frutos, se verá. El objetivo de Moncloa es hacer lo que esté a su alcance para trasladar a la opinión pública catalana que si el diálogo encalla no es por su culpa, sino por «responsabilidad» de la Generalitat.
Por cierto, el ministerio de Hacienda lleva días confirmando que tiene ya listo el informe en respuesta a los supuestos agravios denunciados por Mas, pero también continúa sin oficializar su contenido. «Vamos a responder, pero no queremos alimentar la estrategia del «y tú más» en la que se ha instalado Artur Mas. Él sabe perfectamente que en el grueso de sus reivindicaciones alude a la disposición adicional del Estatut que el Tribunal Constitucional (TC) anuló», sentencian en Hacienda.
Una relación con altibajos
20-09-2012
Reunión en Moncloa
El presidente del Gobierno y el de la Generalitat se reunieron en agosto del pasado año. Fue el último encuentro con luz y taquígrafos. Porque en agosto de 2013 también se reunieron, ésta vez en secreto.
10-05-2013
En el Salón del Automóvil
La inauguración de la 37º edición del Salón Internacional del Automóvil fue el último encuentro en el que se les vio juntos. Fue en Barcelona, a iniciativa de Mariano Rajoy.
18-10-2013
El plante a Soraya
Artur Mas plantó a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en un acto con empresarios. El president de la Generalitat esgrimió para su ausencia «motivos de protocolo».
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