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Rajoy garantiza a May su apoyo ante la amenaza común del secesionismo
Aseguró que los británicos residentes en España «pueden estar tranquilos» ante el Brexit.
Aseguró que los británicos residentes en España «pueden estar tranquilos» ante el Brexit.
El presidente del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, y la primera ministra británica, Theresa May, celebraron ayer su primer encuentro oficial en el Palacio de La Moncloa. Al igual que el encuentro informal mantenido en los márgenes de la Cumbre del G20 celebrada en septiembre en Hangzhou, China, la conversación giró en torno al Brexit y las posibles consecuencias que podría tener para el importante número de españoles en Reino Unido y de súbditos británicos en España. España y Reino Unido también tienen una amenaza común: el secesionismo. Rajoy dio garantías a Theresa May de que puede contar con que nuestro país no alentará ningún tipo de aventura secesionista (en clara mención al problema escocés) en el contexto de la salida británica de la UE. En el breve comunicado publicado tras el encuentro, Moncloa no aseguró que la primera ministra ofreciera análogas garantías a España en referencia al independentismo en Cataluña y al proyecto de sus promotores de llevar a cabo un referéndum secesionista en 2017.
En el breve comunicado publicado tras el encuentro, Moncloa informó de que Rajoy escuchó los planteamientos de May previos al comienzo oficial de las negociaciones de salida (Reino Unido debe notificar oficialmente su decisión de activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa primero). El presidente español transmitió asimismo a su homóloga británica la intención del Ejecutivo que preside de proteger los intereses de los ciudadanos y empresas españolas en Reino Unido ante «esta situación no deseada». También aseguró Rajoy que «los británicos que residen en España, los millones de turistas que nos visitan cada año y las empresas británicas establecidas aquí pueden estar tranquilas» de que el Brexit altere su situación actual más de lo estrictamente necesario.
A buen seguro uno de los puntos candentes del encuentro entre ambos jefes de Gobierno fue Gibraltar. El hermetismo que sobre este delicado tema ha prevalecido y el hecho de que Rajoy y May no hayan comparecido en rueda de prensa –evitando así las preguntas incómodas– es elocuente a este respecto. La colonia británica podría ver fuertemente sacudido su status quo a lo largo de las negociaciones que determinarán el modo en que el Reino Unido saldrá de la Unión Europea. Actualmente, el Peñón disfruta de libertad de transporte de personas y mercancías y los controles que las Fuerzas de Seguridad españolas efectúan sólo están justificados por la lucha contra el contrabando. Cuando Reino Unido materialice su salida de la UE, las autoridades del Peñón dejarán de contar con Bruselas para que defienda sus derechos y la economía de Gibraltar quedará a espensas de lo que se decida en Madrid. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha avanzado ya su disposición a mantener negociaciones bilaterales con Reino Unido para avanzar hacia la cosoberanía y evitar de esta manera el impacto negativo que la no aplicación de los tratados comunitarios podría tener tanto en la colonia británica como en la comarca del Campo de Gibraltar, en la que miles de puestos de trabajo dependen de la economía del Peñón.
Precisamente ayer –y dificilmente puede tratarse de una casualidad– el jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson, reiteró que no habrá ningún cambio en la soberanía del Peñón en el transcurso de las negociaciones del Brexit. La resistencia del Gobierno británico será «implacable, marmórea, como una roca» en su resistencia ante cualquier tipo de maniobra de Madrid a este respecto, aseguró Johnson en uno de sus habituales arrebatos retóricos.
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