Elecciones generales
Sánchez: «Mientras en el PP dimiten o se avergüenzan, nosotros abrimos el PSOE»
Con el malestar apaciguado por el 'fichaje' de la ex de UPyD Irene Lozano, el socialista Pedro Sánchez ha reunido hoy a todos los candidatos del PSOE en el pabellón en el que jugó de joven al baloncesto, donde más de 4.000 asistentes le han aclamado al grito de "¡este partido lo vamos a ganar!". Informa Laura Ramos/Efe.
"Aquí di mis primeros pasos como jugador de baloncesto, aquí aprendí el valor de formar parte de un gran equipo y una gran familia y aprendí que en el baloncesto, como en la política y en la vida, lo importante es el equipo por encima del individuo", ha dicho Sánchez a los suyos, a miles de socialistas llegados en autocar de toda España.
Su candidato a presidente del Gobierno les ha dicho también que allí, en el Magariños, aprendió que "no hay reto imposible"y les ha levantado de sus asientos reivindicando las señas de identidad del socialismo, mientras Lozano aplaudía nerviosa, y aplaudían también Eduardo Madina y Carme Chacón, y los miles de militantes agitaban sus banderas del PSOE, de España y de la Unión Europea.
Fiel a las potentes escenografías que acompañan a Sánchez en sus grandes actos, los candidatos han ido desfilando por categorías hasta colocarse en el escenario a distintos niveles, en un pabellón rebosante y animado tras una hora de música en directo.
Lozano, a la que los militantes socialistas han recibido con aplausos, no se ha colocado, sin embargo, como estaba anunciado, en ese escenario en el lugar reservado a los diez primeros candidatos por Madrid, sino que se ha sentado justo detrás de Pedro Sánchez, mezclada entre líderes territoriales y miembros del comité de expertos que coordinan el programa electoral.
También Madina se ha saltado el guión, al no sumarse al 'paseíllo' de sus compañeros de candidatura, aunque sí ha subido a escena, como también la excomandante Zaida Cantero, encantada con la acogida de la familia socialista.
"¿Te acuerdas cuando comíamos en el bar de las alitas?", han venido a decirle unos antiguos conocidos con los que se ha reencontrado entre 'selfies' y besos.
Sin corbata y con su emblemática camisa blanca, Pedro Sánchez ha defendido sus fichajes: "Mientras que en el PP dimiten o se avergüenzan, nosotros abrimos el PSOE", ha proclamado, y la cancha ha vuelto a venirse abajo.
En ella, el candidato "limpio"de un partido "limpio"a presidente de un Gobierno "limpio"ha prometido sacar la "tarjeta roja directa"a los corruptos que se crucen en su camino y con ello ha vuelto a levantar a los presentes de sus asientos.
No han faltado, entre ellos, presidentes autonómicos, como el asturiano Javier Fernández y el castellanomanchego Emiliano García-Page, ni la mujer de Sánchez, Begoña -en calidad de candidata a primera dama, bromeaban algunas-, ni la exvicepresidenta económica Elena Salgado, asidua últimamente a estos actos.
De los anfitriones, dos frases: la de la secretaria general de los socialistas madrileños, Sara Hernández, que ha subido de tono el alborozo al asegurar que en el proyecto de Pedro Sánchez "cada uno se acuesta con quien quiere"y la del portavoz en la Asamblea, Ángel Gabilondo, a modo paternal: "lo peor no es perder, sino perdernos", ha advertido.
Fuera, en la puerta, decenas de personas se han congregado alrededor de dos pantallas para seguir el acto con el que Sánchez y su "equipo del cambio"dan por comenzado el partido.
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