Sesión de control
Sánchez, "de cuerpo presente" según Feijóo, asegura que "el tiempo pondrá" a García Ortiz "en su sitio"
Feijóo dibuja a un presidente del Gobierno acabado: dice que "sólo está de cuerpo presente" y titula su biopic como "Anatomía de un farsante"

La sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados de este miércoles comenzó con una relación de hechos. Tomó la palabra Alberto Núñez Feijóo: "Señor Sánchez, la semana pasada acabó con su fiscal general condenado por delinquir y en esta vive pendiente de cómo acabará su núcleo duro, en el que pesan 43 años de prisión".
Frente a ello, denunció, su rival se dedica a "decirle al Supremo cómo tiene que sentenciar y al fiscal cómo tiene que recurrir". Es decir, "menos de presidente hace de todo". Y tras recordar aquellas palabras, "¿quién va a pedir perdón al fiscal general?", lanzó su interrogante: "Visto lo visto, ¿usted va a pedir perdón a los españoles?".
Tremenda reacción la de la bancada popular, con carcajadas y hasta aplausos, cuando el presidente respondió: "Eso de pedir perdón por decir lo que uno piensa le pasará a usted, a mí no me pasa. Entre la verdad y la mentira este Gobierno va a estar siempre con la verdad". Subieron los decibelios con el bullicio de una mitad del hemiciclo.
Prosiguió Sánchez con un cuestionamiento al fallo del Supremo. "Entre periodistas que exculpan en su testimonio en la Sala Segunda del Tribunal Supremo" al fiscal general "y el jefe de gabinete de la señora Ayuso que dice que mintió para poder cubrir las vergüenzas de la pareja de la señora Ayuso", coligió: "Este Gobierno y yo mismo estamos siempre con la verdad".
Acto seguido, recordó los tres puntos de su argumentario. Uno: "Acatamos el fallo". E incidió: "El fallo, porque a día de hoy desconocemos la sentencia". Dos: "Decimos una obviedad, España y Europa cuentan con sistemas garantistas. Estamos convencidos de que el tiempo (o Conde-Pumpido) pondrá las cosas en su sitio". Y tres: "El Gobierno ayer hizo lo que le corresponde, proponer a una mujer independiente, reconocida, rigurosa y feminista".
Recogió el guante el líder de la oposición: "Usted desconoce la sentencia y está en contra de ella. Cada vez es usted más peligroso para la democracia Española". Le reprochó que, de forma velada, "llama mentiroso al Tribunal Supremo" y le retrató como un presidente acabado. "Pero, ¿qué normalidad garantiza usted si sólo está aquí de cuerpo presente? Si su mente la tiene en el Supremo".
A un día de que la Cámara Baja tumbe una votación clave, el techo de gasto, Feijóo aseguró que a Sánchez es lo último que le preocupa, porque su mente está en los tribunales. "Usted es el único de la cuadrilla que está en libertad, siempre podrá decir que no les conocía de nada, que nunca les ha visto". Y se lanzó contra la tendencia que tiene Sánchez a "estar asistido por un presunto delincuente de confianza", por las informaciones que apuntan al regreso de Francisco Salazar a la Moncloa, expulsado en su día por acoso sexual.
Para terminar, trazó un paralelismo entre la España de hogaño y la de antaño: "Gobernar no es vivir en el palacio, no es controlar en la tv pública, ni el resto de las instituciones. Eso ya lo olvidaron los españoles hace cincuenta años". Y se trastabilló cuando quiso ponerle título al biopic que, vaticinó, en el futuro se hará sobre la biografía política de Sánchez: "Algún día se rodará una serie de televisión sobre cómo degeneró España en estos tiempos. Y se llamará... (acabó con el micrófono ya apagado) anatomía de un farsante".
En su contrarréplica, Sánchez se mofó del traspiés de Feijóo: "Entre sus virtudes no está el ser un buen parlamentario". Y matizó, con colmillo, "no por las formas, sino por lo que dice". Finalmente: "La izquierda no pide ni permiso ni perdón para gobernar". Un ramillete de datos macro repetidos en cada sesión. Y el último dardo, poca novedad. "Entiendo que tengan que apoyar a la señora Ayuso, el primer punto del contrato que firmó con ella es obediencia ciega".