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Sánchez tendrá que negociar con Bildu el gobierno en Navarra

El PSN necesita la abstención de los abertzales

La presidenta en funciones de la comunidad foral, Uxue Barkos, y Pedro Sánchez en La Moncloa / Efe
La presidenta en funciones de la comunidad foral, Uxue Barkos, y Pedro Sánchez en La Moncloa / Efelarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@67e3f3bc

El PSN necesita la abstención de los abertzales.

La elecciones autonómicas en Navarra fueron una enmienda a la totalidad a las políticas de Uxue Barkos. Ganó Navarra Suma con 20 parlamentarios –después de haber logrado uno más en el recuento el miércoles– seguido del PSN, que logró 11. Geroa Bai pasó de los 26 de hace cuatro años a 9. EH Bildu logró 7; Podemos se quedó con 2 e Izquierda-Ezkerra con 1.

Sin embargo, el futuro del Gobierno de la Comunidad Foral depende ahora de la decisión que adopte la socialista María Chivite. Tras los resultados electorales el cabeza de lista de Navarra Suma, Javier Esparza, habló por teléfono con la candidata socialista para barajar su abstención y se emplazaron a retomar las conversaciones más adelante. Esparza es quien ha asumido las negociaciones por la candidatura de Navarra Suma y nadie más; y es él quien directamente habla con Pablo Casado y Albert Rivera, sin intermediarios, al igual que fue él quien consensuó con ambos líderes la candidatura conjunta.

Chivite quiere ser presidenta con sus 11 diputados en un Parlamento de 50 representantes, y para ello anunció ayer que comenzaba una ronda para recabar los apoyos de Geroa Bai (formación en la que está integrado el PNV de Navarra), Podemos e IE para superar a Navarra Suma. Pero las matemáticas no dan y necesitará a EH Bildu, aunque sea para la abstención. Prefiere conformar un Ejecutivo con los partidos a los que ha enmendado en la pasada legislatura. Dijo que hará esa ronda «desde la voluntad de llegar a un acuerdo sobre propuestas que permitan el impulso y desarrollo de la Comunidad y atender las principales preocupaciones de la ciudadanía, como el empleo, los servicios públicos y la igualdad». De esta manera, se pasaría de un cuatripartito a un pentapartito donde EH Bildu tendría la última palabra.

En Navarra están seguros de que la candidata del PSN no llegaría a ese acuerdo sin la connivencia de Pedro Sánchez. «Es quien tiene la última palabra», aseguran algunas fuentes, que advierten de que «será responsabilidad de Sánchez» asumir las políticas de Bildu. Mientras el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, aseguró que «no pactará con Bildu en Navarra», el líder de UPN, Javier Esparza, asegura que «yo no sería presidente con los votos de Bildu ni tampoco con su abstención. Antes me voy a casa».

En Navarra Suma destacan que comparten con el PSN casi el 80% de su programa. Sin embargo, se preguntan si derogará políticas de Barkos como la del decreto del euskera en la función pública, si modificará la ley de símbolos o si se opondrá al Tren de Alta Velocidad. Por su parte, la presidenta en funciones de Navarra dijo ayer que acepta el ofrecimiento del PSN de negociar, pero quiere incluir a Bildu, ya que si lo hubiera hecho ella no les hubiera excluido. Otegi instó ayer a Barkos a presentar su candidatura al considerar que el PNV ha ganado el 26-M «dopado».