Política

Estrasburgo

Susana Díaz ya está en precampaña autonómica

La Razón
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SEVILLA- Susana Díaz siempre ha sido una mujer de partido. De hecho, Susana Díaz es sólo una mujer de partido y tiene plena conciencia de sus limitaciones. Por eso, como anticipó este diario el pasado 11 de febrero, tiene la necesidad de legitimar su presidencia con un refrendo electoral. Cuanto antes, mejor. Tanto le urgía, que la asesoría externa que maneja su carrera política (ajena a los gabinetes de comunicación de la Junta de Andalucía y del PSOE regional) llegó a plantearle que hiciese coincidir los comicios autonómicos con las elecciones europeas del 25 de mayo. Demasiado precipitada hasta para esta «lideresa exprés» la fecha elegida es el próximo otoño.

En todo caso, Díaz ya está en precampaña. Durante toda esta semana, ha doblado su agenda: institucional por la mañana, y de partido por la tarde, para visitar tradicionales graneros electorales del PSOE como Guillena y La Rinconada, en la provincia de Sevilla, o Cartaya (Huelva), donde hoy mismo mitinea junto a Elena Valenciano.

Demasiadas molestias para tratarse de mero apoyo a la cabeza de lista para Estrasburgo, sobre todo porque es notorio que la sintonía entre la presidenta de la Junta y la actual dirección federal de Rubalcaba es bajísima tirando a nula. O sea, que Díaz ya está en precampaña, en efecto, pero todo el mundo sabe que no son las elecciones europeas lo que le preocupan. De hecho, su calendario de «actuaciones» está elaborado hasta más allá de junio. Aunque ni en el partido ni en San Telmo, sede del Gobierno andaluz, lo conozcan aún.

La barrabasada de Elena Cortés con los okupas de la Corrala Utopía no es un suceso determinante pero sí ha supuesto una magnífica oportunidad para reforzar con un agravio el argumentario de la disolución y convocatoria de elecciones. La consejera de Vivienda es una comunista de la línea dura que en su Córdoba natal no se sustrajo de la tentación de hacer sonar en su ventana un altavoz con música tronante mientras desfilaba bajo su casa una cofradía de luto en estación de penitencia. «Con esta gente no se puede gobernar», deslizaban ayer desde las filas socialistas con falsa resignación mientras enumeraban los papelones del bipartito durante la legislatura en la asunción de comportamientos lindantes con el delito de los Sánchez Gordillo, Cañamero u otros estrafalarios dirigentes de IU.

Aunque sea un lugar común presentar al socio mayoritario de gobierno como un rehén de la minoría, en Andalucía ocurre todo lo contrario. El PSOE se siente seguro en la idea de que la derrota de Griñán ante Javier Arenas en 2012 fue un accidente propiciado por el desgaste de la calamitosa etapa de Zapatero añadido a la incidencia del «caso de los ERE», que ya se da por políticamente amortizado.

El escenario más probable contemplado por un miembro del «think tank» susanista, sobre todo porque la candidatura del popular Moreno Bonilla aún está verde, es que la socialista venza con mayoría relativa. «En ese caso, no necesitará para nada a Izquierda Unida. Si quieren volver a pactar, porque eso supone mandar y manejar dinero, será bajo estrictas condiciones. Si no, Díaz gobernará en minoría. ¿Acaso van a aliarse con el PP? ¿A cambio de qué? Su posición es mucho más incómoda de lo que creen, incluso en el supuesto de que ganen algunos escaños más de los que tienen ahora».

La ambición de Susana Díaz no termina en Despeñaperros. Con el partido dominado en Andalucía, la federación más poderosa del PSOE, y avalada con una victoria electoral en la comunidad más poblada de España, sus luces largas hace tiempo que apuntan a Ferraz.

Como poco, pretende convertirse en el elemento decisivo en las primarias de noviembre. O tal vez en protagonista, si es que intuyese que las circunstancias les son propicias. «Sólo quien no la conoce puede negar que siempre aspira a lo máximo y que con frecuencia lo consigue», dicen desde el partido. No admitirá, todavía, que desea ascender ciertas cumbres pero es que ya hay quien está cobrando por hacer de sherpa.