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Una hoja de ruta que impulsa el papel del presidente en política exterior

La Razón
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Madrid- En todo momento, la Estrategia sitúa al ciudadano y su proyección exterior como punto de partida, destacando que no son sólo los gobiernos los encargados de ejecutar esa acción exterior. Pero, además de esto, el documento deja claro que para que los españoles puedan aprovechar las oportunidades de la globalización, es necesario llevar a cabo dos reformas que considera «más sustanciales» y que pasan, principalmente, por reforzar el papel del presidente del Gobierno como eje central de la política exterior. Así, considera necesario reformar una serie de elementos del proceso de toma de decisiones, haciendo hincapié en todos aquellos que refuercen la coordinación, y en el impulso de ese papel del jefe del Ejecutivo como único actor que ha de decidir acerca de los movimientos en materia exterior, como es el caso de Alemania. La intención es que sea el presidente quien se encargue de valorar y decidir qué hacer y cómo llevarlo a cabo, centralizando así decisiones que en ocasiones pueden ser delicadas o polémicas. Siempre, eso sí, sin olvidar las diferentes sensibilidades y la necesaria coordinación entre los diferentes actores que participan en la acción exterior.

Pero los objetivos no se conseguirían sin la segunda reforma necesaria, la de situar la red diplomática, consular, comercial y cultural española cerca de los nuevos centros de poder e influencia en el mundo. Allí donde se tomen decisiones internacionales importantes ha de estar España.