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Urkullu pone a los presos de ETA sobre la mesa para negociar con el PP

Rajoy telefonea al presidente vasco para buscar su apoyo en la investidura

El lendakari Iñigo Urkullu en la apertura de los cursos de verano de la UCM, ayer, en El Escorial
El lendakari Iñigo Urkullu en la apertura de los cursos de verano de la UCM, ayer, en El Escoriallarazon

El lehendakari, Íñigo Urkullu, ha instado hoy a ETA a su desarme definitivo en un tope de un año y ha pedido al Gobierno español que comparta las propuestas del Ejecutivo vasco, especialmente sobre política penitenciaria.

El lendakari Iñigo Urkullu puso ayer a los presos de ETA en la mesa de una hipotética negociación con el PNV para formar gobierno en Madrid, lo cual convierte prácticamente en imposible cualquier acuerdo con el PP. No se trata de una nueva reivindicación, ya que Urkullu pidió el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco y la transferencia a la comunidad autónoma de la competencia en materia de política penitenciaria –cuestiones que forman parte de lo que el PNV llama «agenda vasca»– en todas las reuniones que mantuvo con Mariano Rajoy en los últimos cuatro años, pero el hecho de que el lendakari diga que su partido pretende que un futuro Gobierno de España resuelva estas cuestiones durante el primer año de la próxima legislatura, lo convierte en una condición imprescindible para el apoyo del PNV a la investidura de Mariano Rajoy.

Urkullu manda el mensaje al PP una semana después de la llamada que recibió el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, de María Dolores de Cospedal, contacto que no se produjo tras las anteriores elecciones. Lo hace, además, fuera de su territorio, en los cursos de verano organizados por la UCM en El Escorial. La conferencia de Urkullu, bajo el título de «Nuevas agendas y nuevos acentos para la convivencia», pone deberes para el próximo año no sólo al Gobierno central, sino también a ETA, a la que Urkullu reclama su desaparición definitiva, con desarme previo, y a la izquierda abertzale, a quien pide autocrítica. Urkullu, en la línea de diluir la responsabilidad de ETA en sus propios crímenes, considera que tras el «alto el fuego definitivo» de ETA se ha producido un bloqueo, del que responsabiliza a la propia ETA, pero también al Gobierno por no haber realizado ningún «gesto».

El lendakari se mostró, no obstante, favorable a la negociación. Dijo que «la agenda vasca» empieza por el cumplimiento íntegro del Estatuto de Guernica y que si el PNV encuentra «disposición a hablar» lo hará «con un candidato u otro». Puntualizó que no tiene problema en compartir mesa con ninguna formación política, ni siquiera con C’s, que ha expresado su rechazo a negociar con el PNV, y que preferiría que se resolviese la formación de gobierno antes de que se celebren las elecciones vascas en otoño.

El órdago de Urkullu fue acompañado de la primera llamada del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, al PNV. El contacto fue confirmado a última hora de la noche por Génova. El movimiento del lendakari descolocó sólo en parte a la dirección popular. En el PP son conscientes de que las elecciones autonómicas vascas y la presión de las buenas perspectivas electorales de Podemos dificulta el acuerdo con el PNV, y obliga a los nacionalistas vascos a tensar la cuerda todo lo posible para intentar arañar votos de EH Bildu, que les permitan competir con los de Pablo Iglesias. Pero Rajoy está dispuesto a pelear por el apoyo o la abstención de los nacionalistas vascos y a buscar caminos intermedios respecto a sus exigencias.

El PP no puede ceder en sus líneas rojas. En materia de política antiterrorista no tiene margen para hacer cesiones que sean entendidas ni por su electorado ni por las víctimas. La «agenda vasca» de Urkullu no es asumible por Génova tal y como ayer la planteó el lendakari. Pero Rajoy tiene una buena relación personal con él y está dispuesto a intentar acercar posturas.