Medio Ambiente

Apadrina un olivo quiere que todos los niños nacidos durante la pandemia tengan un pueblo

La asociación Apadrinaunolivo.org lanza una campaña para incentivar los apadrinamientos destinados a los recién nacidos.

La asociación Apadrinaunolivo.org lanza una campaña para incentivar los apadrinamientos destinados a los recién nacidos.
La asociación Apadrinaunolivo.org lanza una campaña para incentivar los apadrinamientos destinados a los recién nacidos.PIXABAY

La asociación Apadrinaunolivo.org lanza una campaña para incentivar los apadrinamientos destinados a los recién nacidos. Bajo el lema “Un pedazo de nosotros para un pedacito de ti” buscan incentivar en estos tiempos de incertidumbre el apadrinamiento de un olivo entre padres y abuelos que quieran transmitir los valores de la vida rural, sociales y del medio ambiente a sus pequeños.

Apadrinaunolivo.org defiende que no hay pueblos sin niños y no quieren que haya ningún niño sin pueblo.

Es toda una declaración de intenciones, una apuesta por el futuro de los pueblos desde los inicios, con el objetivo de demostrar todo lo que puede aportar el mundo rural a los más pequeños: paseos en la naturaleza, tranquilidad, espacio para jugar, conocimiento de animales y plantas, y un lugar para sentirse libres y, al mismo tiempo, acompañados. Un pueblo es todo eso y mucho más, y por eso todos los niños se merecen, como mínimo, tener uno.

Con esa iniciativa se pretende echar una mano a esos abuelos con el afán de que no olvidemos nuestros orígenes, y, a los padres que quieren educar a sus hijos en la unión del pueblo y la ciudad como forma para seguir creciendo en sintonía con nuestro entorno. Y lo quieren hacer en forma de un regalo que les acompañará siempre.

Apadrinaunolivo.org lleva más de 6 años trabajando en Oliete (Teruel) por recuperar la vida en el pueblo a través de la recuperación de más de 100.000 olivos abandonados en su territorio, y cuando construyeron la almazara en 2016, había un elevado riesgo de que el colegio de Oliete no reabriese porque no cumplía el cupo mínimo de alumnos. Así que cuando tuvieron que contratar a un maestro para la almazara tuvieron claros los requisitos: que tuviese familia.

Gracias a esa contratación y a la reforma de una vivienda para facilitar el traslado, una familia con tres niños se mudó a Oliete y eso permitió que el colegio sobreviviera y a día de hoy cuente con 13 niños que aseguran su futuro.

Además, cada año, reciben centenares de visitas de abuelos con sus nietos o de padres con sus hijos para conocer el olivo apadrinado, de manera que se genera un vínculo entre el niño, el olivo y el pueblo que traspasa la simbología para convertirse en una realidad.