Embarazo
El pecho después del embarazo y la lactancia: soluciones si se cae o cambia
Para muchas mujeres no es agradable enfrentarse a un nuevo aspecto
Descubrir que tu cuerpo ha cambiado notablemente después de los embarazos y la lactancia puede suponer una incomodidad psicológica que puede afectar a las relaciones sexuales.
La cirugía plástica y/o estética tiene como finalidad reconstruir o corregir partes del cuerpo con los que el paciente, hombre o mujer, no está conforme. Se habla muchas veces de las operaciones desde e punto de vista de la frivolidad sin tener en cuenta que detrás de muchas operaciones hay un problema de autoestima que afecta seriamente al paciente. El cirujano plástico ha de tener siempre una parte de psicólogo a la hora de tratar a ese hombre o a esa mujer. Hablamos en su consulta con el doctor Diego Tomás Ivancich que es especialista en Cirugía Plástica vía MIR y miembro numerario de la SECPRE, contando con más de 20 años de experiencia centrados en el campo de la cirugía estética.
Con más de 10.000 cirugías realizadas, sus consultas se caracterizan por su empatía con los pacientes, su trato exquisito y sobre todo por resolver complejos y problemas de autoestima con discreción y con trato individual y personalizado, dedicando a cada paciente el tiempo necesario para resolver todas sus dudas. En el tema de las mamas aplica un trato de comprensión y empatía hacia un problema que buena parte de la sociedad no entiende pero que él sí lo hace viéndolo desde la perspectiva de la psicología de la paciente. Y es que estar disconforme por cómo se han quedado tus mamas después de lactancias, puede afectar incluso a la vida sexual de la mujer.
El doctor Diego Tomás Ivancich considera que “es muy fácil entender los problemas psicológicos que representan para algunas mujeres no estar conformes con su pecho, ya que las mamas constituyen un símbolo de feminidad, de ahí su gran importancia psicosexual. Cada menstruación o con la píldora, las mamas cambian de tamaño e incluso de forma y de turgencia, pero es en la maternidad y la crianzadonde esta parte de la anatomía femenina sufre los mayores cambios, casi siempre a peor”.
Al principio –prosigue el especialista-con el fin de adaptarse a la lactancia, las mamas cambian, la causa de estas alteraciones es únicamente hormonal. Con el parto y el fin de la lactancia se produce una involución de los cambios sufridos durante el embarazo; las consecuencias mamarias post embarazo van a depender de las características individuales de cada mujer, constituyendo para algunas de ellas un gran quebradero de cabeza.
Cambios estéticos más frecuentes en las mamas tras el embarazo:
- Aplanamiento del polo superior de la mama. El volumen en el pecho es muy importante, representando un signo de juventud y, es esencial a la hora de lograr que prendas de vestir, como camisetas o escotes luzcan bonitos. De hecho, los sujetadores que más se utilizan tratan de compensar este fenómeno. Que se vacíe la parte superior de cada pecho es un auténtico hándicap.
- Caída del pecho. Se sabe que un pecho está caído cuando el pezón se encuentra a la misma altura o más bajo que el surco submamario, debido a un exceso de piel remanente.
- Agrandamiento de la glándula, lo que implica un mayor volumen del pecho y una distensión de la piel y de los ligamentos que la unen al músculo pectoral.
- Areola excesivamente dilatada o pezones elongados.
A la hora de reparar estas condiciones es importante valorar a cada paciente dependiendo de diferentes factores, como la elasticidad de la piel, la formación de estrías, el volumen de glándula residual, el grado de caída y los deseos de la paciente.
El papel de la piel es esencial a la hora de cuidar el aspecto del pecho, por lo que resulta esencial que se cuide para ello debe mantenerse muy hidratada durante todo el embarazo y también después del parto –sostiene el médico especialista.
Otro consejo es “ducharse en agua tibia y terminar de hacerlo en agua fría, ya que utilizar agua muy caliente hace que los pechos se caigan más, mientras que el agua fría hace que la temperatura del cuerpo se regule a la vez que provoca que la piel y la musculatura reaccionen”.
Además de la hidratación de la piel y de la temperatura del baño –explica el doctor- la práctica de ejercicios específicos constituye otro pilar fundamental a la hora de conseguir que los pechos vuelvan a ser los mismos después de ser madre.
Cabe destacar que los ejercicios que requieren rebotar o un excesivo balanceo son absolutamente contraproducentes en este caso. “Si buscas cuidar tu pecho, no corras y si lo vas a hacer, hazte con la infraestructura necesaria: unas buenas zapatillas de running y sobre todo un buen sujetador”.
Algunos ejercicios recomendables son, por ejemplo, levantar pesas. Tomar una pesa en cada mano y comenzar a subir y bajar los brazos hasta la altura de los hombros, bajándolos lentamente; este movimiento se debe repetir entre 10 y 15 veces, dependiendo de las condiciones físicas de cada mujer. Otro ejercicio recomendado es el de levantar los hombros como si una quisiera tocarse las orejas y repetirlo al menos durante un minuto.
Pero estos consejos para lograr que el pecho esté tan firme como antes de ser madre, no son la única solución, ya que existen diferentes intervenciones de cirugía estética que solucionan de manera fácil y eficaz estas “cicatrices” de haber sido madre.
Para elevar el pecho, un atajo muy eficaz es realizar una mastopexia, es decir, retirar piel, que en función del volumen de la glándula puede o no acompañarse de una prótesis de mama. La mastopexia implica cicatrices mamarias cuya extensión depende del grado de caída.
“Mi filosofía de trabajo-explica- no está tan centrada en el volumen, sino en la forma de la mama, por ejemplo, un pecho que sólo ha perdido volumen se puede tratar con un simple implante mamario”.
Actualmente, las prótesis con mejor resultado son de tipo ergonómico, es decir, las que se adaptan a la anatomía de cada paciente por las características de su gel de silicona, evitando un efecto muy redondo o las complicaciones tan frecuentes con las prótesis anatómicas.Las nuevas generaciones de prótesis cuentan con garantía de por vida y su cubierta es de tipo micro o nanotexturado, para una mejor interacción con los tejidos de la mama.
Por otro lado –continúa- “si dar de mamar provoca que la areola se dilate, lo perfecto es una intervención de cirugía plástica para su corrección que consiste en disminuir el diámetro para que este esté comprendido entre los 4 y los 5 cm. La cicatriz quedará escondida entre el cambio de coloración de la piel y apenas se notará”.
Es importante subrayar que se recomienda que cualquier cirugía sea llevada a cabo 6 meses después de que la madre finalice la lactancia; sin olvidar que la alimentación sana, la hidratación constante de la piel y la práctica de ejercicio, constituyen otras de las claves a la hora de lograr que después de la lactancia el pecho sea el mismo de siempre.
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