Futuroscope y varias ideas de viaje que se pueden hacer en familia en torno al parque francés

Con 31 años a sus espaldas el parque francés sigue firme con su compromiso con la ciencia y las nuevas tecnologías. Visitarlo en familia puede suponer una mezcla de cultura, diversión, ciencia y gastronomía. Toda una experiencia para recordar toda la vida.

¿Quién no ha soñado alguna vez con volver a ser un niño? Quienes somos padres tenemos muchas veces la oportunidad de volver, aunque sea por unos instantes, a nuestra infancia. Los hijos nos brindan a través de su auténtica manera de ver el mundo, ir hacia atrás en el tiempo. El problema es que los adultos tenemos siempre mucha prisa, muchas cosas por hacer, por terminar... y ese tempo que los niños dominan con maestría, a nosotros a veces se nos hace cuesta arriba.

Fue una interesante invitación al parque temático Futuroscope lo que me permitió durante las horas que permanecí en él, volver a disfrutar de la magia de la infancia y de todo lo que ello conlleva: despojarse de prejuicios, centrarse en el aquí y ahora, en el qué bien me lo paso y qué poco me importa chillar y reír cuando eso sucede, pero sobre todo, esa mágica ausencia de miedo que solo los más pequeños tienen.

Había escuchado hablar del parque, el segundo en importancia en Francia, pero no sabía exactamente qué era. Futuroscope nació en el año 1987 con una clara vocación por la ciencia. Desde entonces hasta los datos del año pasado (con cierre el 31 de diciembre), 50 millones de personas lo han visitado. El 2017, el año de su trigésimo aniversario, fue especialmente bueno ya que se logró la cifra de 2 millones de personas.

El parque

Futuroscope tiene muchas y variadas atracciones basadas en la realidad virtual. Esto es magnífico para las personas con vértigo y miedo a las alturas porque el cerebro, a pesar de que las atracciones están en 3, 4 y 5 D, sabe perfectamente que uno está sentado en una butaca lo que elimina ese vértigo y esa sensación de miedo a lo desconocido, al peligro, a que algo te pueda pasar.

De todas las atracciones que tiene actualmente el parque (que cada año renueva con sorpresas) destacaría las más impactantes y que más me llamaron la atención.

Thomas Pesquet, una mirada al universo.

Se trata de una película de 25 minutos totalmente inmersiva, dedicada a la aventura espacial del astronauta francés más joven de la Agencia Espacial Europea (ESA). Cuenta con imágenes inéditas proyectadas en la pantalla plana más grande de Europa, el Kinemax, con una calidad total en láser 4k y sonido espacial. Se trata de una coproducción de Futuroscope con la 25eme Heure, realizada por Pierre-Emmanuel Le Goff y Jurgen Hansen, en la que también ha participado la Cité de l’Espace de Toulouse. Los espectadores serán testigos desde su entrenamiento hasta su salida hacia la Estación Espacial Internacional, pasando por los últimos minutos a bordo, compartiendo, casi como si estuvieran allí, la gran aventura de Thomas Pesquet.

¿Para quién?

Dependiendo del nivel de conocimiento de cada niño, diría que puede ser entendido a partir de los 7/8 años, especialmente si los padres antes les explican a los niños quién es Thomas Pesquet, qué hizo en el espacio y qué importancia tienen las investigaciones que hacen estos astronautas.

Desde el punto de vista de la pedagogía esta película es muy buena para enseñar valores como el esfuerzo, la honestidad, la capacidad de sacrificio y el amor hacia nuestro planeta. En las imágenes grabadas desde el espacio se puede observar la inmensa belleza de nuestro planeta así como la deforestación del mismo y el deshielo de los polos. La visión de este documental puede servirnos como guía sobre la importancia de que todos los individuos tengamos una fuerte conciencia de protección de la naturaleza.

Thomas Pesquet tuvo que sacrificar muchísimos aspectos de su vida para poder lograr sus sueños de convertirse en astronauta. Explicar su vida servirá para enseñar a los hijos que el premio al esfuerzo se logra a base de constancia, ilusión e interés. Pesquet, como la mayoría de los científicos, es un ejemplo a seguir.

Sebastien Loeb. Racing Experience

¿A quién no le gustaría saber qué se siente en un coche de rallie? De nuevo la realidad virtual permite aquí saber qué es ir a 300 por hora sin el peligro que puede suponer esa velocidad. Está desde abril y es, sin duda, una de las atracciones estrella de la temporada. Apreciar como copiloto ir literalmente “ a toda pastilla” es una experiencia inolvidable, maravillosa y que sirve para descargar adrenalina.

Cuando te montas, lo primero que te pasa al ponerte el caso es que el propio Sebastien te saluda y da la bienvenida. La sensación de estar sentado en un coche de carreras es total. Cuando empieza y sales del box a una velocidad que ya te hace agarrarte al sillón de manera instintiva, puedes intuir lo que vendrá a continuación.

Esta nueva experiencia, exclusiva de Futuroscope, se ha desarrollado en colaboración con los equipos de Sebastien Loeb Racing y FrayMedia, generando una atracción inédita. Única en el mundo y creada especialmente para el parque, esta experiencia promete ser excepcional. La VR o realidad virtual transporta a los visitantes, con Sébastien Loeb Racing Xpérience al volante, a vivir una aventura ultra realista.

En esta atracción van a sentir los temblores de la carretera gracias a la silla baquet dinámica, en la que los movimientos se sincronizan con la acción. No falta ni un detalle: ni el humo en los derrapes extremos controlados, ni los momentos de aceleración, maximizados por los efectos de sonido y de viento. Resultado: ¡una experiencia emocional única y con sensaciones fuertes! Además, la espera para entrar se pasará volando con un pre-show de 700 m2 dedicado a la carrera profesional del campeón, sus títulos mundiales y el mundo de los rallies, que hará las delicias de los aficionados al motor y la velocidad.

Sin duda una de las grandes atracciones de la temporada. Uno se sienta en un sillón, se pone el casco y a disfrutar. Si quieres saber más, pincha aquí.

¿Para quién?

Todas las atracciones de Futurescope tienen a la entrada un panel con las indicaciones de medidas necesarias. Para entrar a disfrutar de esta hay que medir como mínimo 1,20 centímetros. El asiento se mueve muchísimo pero no como para que sea en ningún momento peligroso por lo tanto serán los padres los que decidan si a sus hijos eso les puede o no gustar.

En la foto, mapa de los lugares que recorres de manera virtual en Un viaje extraordinario (es la atracción de la foto que abre el artículo)

Un viaje extraordinario

El hombre lleva siglos intentando simular a los pájaros. La industria aeronáutica lo ha logrado pero todos sabemos que no es lo mismo volar en un avión que hacerlo, por ejemplo, subido en un dron, que sería la experiencia más parecida a volar como un pájaro.

Siguiendo la estela de Julio Verne esta atracción sorprende sobre todo a quienes crecimos con sus libros. ¿Te imaginas lo que sería poder atravesar todo el planeta en apenas 4 minutos sobrevolando el Himalaya y sintiendo lo que tiene que ser caer en picado por la falda de una montaña nevada? Todo esto, lógicamente, como si estuvieses a lomos de un pájaro o, por qué no, de Fuyu, el entrañable animal de la historia interminable. La realidad virtual en 5D permite, además sentir el frío, la lluvia, la humedad, el calor e incluso los olores.

Planear delante del Taj Majal y percibir el inconfundible olor de la india con sus especias...volar justo al lado de un avión que parece el Air Force One, bajar y caer en picado desde el edificio más alto de Dubai acompañando a una pandilla de hombres-pájaro...para luego aparecer en la cima de una grandísima duna en Egipto...o entrar a toda velocidad en el centro de la tierra. Todo ello acompañado de una música envolvente que, al menos a mí, me hizo pensar que pasar de esta vida a la otra debe de ser algo muy parecido a esa sensación de ingravidez y placer que esta atracción provoca. La lástima es que se te hace cortísima. Hubiera estado de buena gana una hora entera en lugar de los cuatro minutos que dura.

¿Para quién?

A partir de 1,05 cm y, atención, máximo 1,95 cm. Como siempre deben ser los padres los que decidan si sus hijos disfrutarán o no de la atracción. Los pies se quedan colgando y eso puede dar un poco de vértigo cuando la plataforma se eleva y se inclina 90 grados frente a una pantalla cóncava de 500 metros cuadrados. Precisamente estos datos numéricos son los que hacen que verdaderamente sientas que estás volando de verdad ya que en esta atracción no hay casco ni gafas, es a pelo.

Enseñanzas didácticas

Antes y después de subirte a esta atracción con tus hijos podrás aprovechar para hablar con ellos de los tuaregs, de la India, de los Sherpas, de Dubai...y, por supuesto, ¡de Julio Verne!

En la foto, el Barrio de Saint Pierre, en Burdeos, por la noche

Datos de interés para el viaje

-El propio parque vende sus entradas a través de su web. Si compras con antelación, es más barato.

-También puedes gestionar en su web los alojamientos. O en su teléfono de España 902 40 12 12

-En el parque hay un hotel muy sencillo y también con precios muy económicos. Fuera de él, a un 1 kilómetro (se puede ir caminando y es un paseo muy agradable pero también hay autobuses), están el resto de los hoteles, más caros pero también más sofisticados.

-Hay vuelos directos a Poitiers desde Madrid y Barcelona aunque nuestra experiencia fue volar hasta Burdeos muy temprano desde Madrid con Air Nostrum y aprovechar para pasar el día visitando esta preciosa ciudad que poco tiene que envidiar a París. De hecho la rivalidad entre ambas es conocida. Los vuelos, comprados con tiempo, los puedes encontrar desde 39 euros por trayecto sin incluir maleta facturada, tasas y cargos de emisión incluidos.

-Desde mi punto de vista volar muy temprano (el primer vuelo es a las 7.45 desde Madrid) hace que, sin tener que pernoctar en Burdeos si no quieres, puedas aprovechar todo el día en la ciudad haciendo turismo cultural y gastronómico. Especial interés tiene La Cité du Vin, la ciudad del vino, y es que Burdeos es la zona vinícola francesa por excelencia. Merece muchísimo la pena visitar el museo si eres un apasionado del mundo del vino. Particularmente me parece una gran idea enseñar a los hijos a partir de determinada edad la cultura del vino, explicándoles cómo se hace. Esto también es cultura y, además, de gourmet.

-Visitar Burdeos siempre merece la pena. Es una ciudad relativamente pequeña de 250.000 habitantes donde casi todo se puede visitar a pie. Es la capital de la región de Nueva Aquitania y la prefectura del departamento de Gironda. Su estratégica situación a la orilla del río Garona ha hecho de ella un ciudad riquísima por el transporte marítimo, a la altura de ciudades como Amsterdam o la Haya. Culturalmente hablando está llena de edificios históricos y mención especial cabe a su papel en la Revolución Francesa como ciudad absolutamente próspera. Caminar por sus calles y perderse entre las calles de la zona vieja es un placer para todos los sentidos.

-Un plan para adultos es hacer una ruta gastronómica y de vinos parando en los lugares más emblemáticos de la ciudad.

-En Burdeos te puedes sacar la citypass. En este enlace puedes ver en qué consiste. Pero cómo imaginarás, sirve para ahorrar.

-Muy interesante toda la historia de Leonor de Aquitania, personaje tanto de Burdeos como de Poitiers y que si los hijos ya son un poco “mayores”, puede propiciar una ruta histórica siguiendo los pasos de una de las reinas más influyentes de su época. Si los hijos empiezan a comprender la historia, aconsejo leer sobre ella antes del viaje para después visitar los lugares que frecuentó. Fue un ejemplo de mujer adelantada a su tiempo.

En la foto, la plaza de Notre Dame de Poitiers con su característico mercadillo

-Desde Burdeos a Poitiers hay 257, 6 km que en tren son apenas dos horas. Los trenes salen desde las 6.00 AM hasta las 22.00 cada dos horas y el billete ronda los 10 euros por persona. En este enlace lo puedes comprobar(y comprar online). Hacer la ruta pasando por Burdeos hace que el viaje sea muchísimo más completo y enriquecedor.

-También hay un tren que te deja dentro del parque y que tiene, además, el servicio de recogida de maletas en el propio parque y te lo dejan en el hotel. Puedes comprar el billete pinchando aquí. Tienes que cogerlo desde Burdeos-Saint Jean a Poitiers centro o directamente al parque. Es el tren de alta velocidad francesa (nuestro AVE) y, si se coge con tiempo, puedes encontrar precios desde 20 euros.

-También puedes pernoctar en Burdeos y, por la mañana temprano, coger el tren a Poitiers que está a 12 kilómetros del parque. Aunque yendo con niños quizás lo más cómodo sea pernoctar en los hoteles del parque o de Poitiers.

-Si pernoctas en los hoteles del parque has de saber que todo te lo encontrarás cerrado a partir de las 23.00. Generalmente después de una intensa jornada en el parque y más con niños, lo único que apetece es ir al hotel a descansar pero como cada familia es un mundo, si después de la jornada en el parque os veis con fuerzas para cenar en Poitiers o, simplemente preferís dormir ahí para poder aprovechar al día siguiente para hacer turismo por la bella ciudad, aquí, en este enlace, podrás encontrar hoteles en la zona.

-Poitiers es una ciudad universitaria y eso se palpa en el ambiente. Si sois la típica familia que después del día de parque os animáis a cenar en una agradable terraza tomando un buen vino, no lo dudéis, dormid ahí. Aquí os dejo la web de turismo oficial de la ciudad. Ah y un detalle curioso: en esa ciudad se encuentra el lugar donde fue juzgada por primera vez Juana de Arco. Y que Poitiers es una joya en cuestiones de historia y arte románico. Desde luego también es una oportunidad única para enseñar a los hijos la base de nuestra cultura y civilización occidental.

En el parque:

-En Futurescope puedes llevarte la comida. En Francia, a diferencia de España, se puede entrar con tu propia comida en los parques. También, no obstante, tienes dentro del parque diferentes restaurantes. También existe la opción de pedir un picnic para la vuelta. Una idea muy práctica para comer en el tren, coche o en el medio de transporte que elijas para volver. Lo pides al llegar y cuando te vas, lo recoges. Un servicio de lo más útil si viajas con niños.

-Si eres familia numerosa hay descuentos. Consulta al hacer tu reserva.

-Si no hablas francés, no te preocupes, la mayoría de los empleados del parque hablan inglés. Y si tampoco hablas inglés, en la entrada puedes pedir los auriculares con la traducción simultánea además de un mapa para organizarte.

-Lo ideal para ver el parque son dos días pero si solo vas a estar uno es preferible que primero veas la web y selecciones qué atracción quieres probar. Piensa que depende de la época del año que vayas habrá más o menos colas. Si hay mucha gente la media de espera es de 40 minutos en cada atracción. Es importante que tengas en cuenta esto por si vas con niños muy pequeños. Puedes comprar el pase VIP (20 euros). En cualquier caso la lógica y manera de ser francesa les impedirá venderte dicho pase si prevén que no va a haber mucha afluencia de público.

-Vete con calzado cómodo. En un día en el parque se hace una media de 13 kilómetros. Si es verano procura ir vestido con ropa ligera y cómoda sin olvidar algo de abrigo para por la noche que siempre refresca. Incluso en verano.