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Educación

Maite Carrasco, psicóloga: “Antes de elegir extraescolares para los niños, hay que escuchar lo que realmente quieren”

Según la especialista, es un error común que los padres apunten a sus hijos a clases a sin tener en cuenta su bienestar emocional y sus intereses reales

Preguntas con respuesta: ¿Perjudican a los niños las actividades extraescolares? larazon

La vuelta al cole no solo significa retomar libros y horarios. También supone organizar una agenda en la que, muchas veces, los niños se ven cargados de actividades extraescolares sin que se les pregunte qué desean hacer. Sobre ello reflexiona Maite Carrasco, psicóloga sanitaria, quien subraya la importancia de dar voz a los pequeños.

Según la especialista, es un error común que los padres apunten a sus hijos a clases de idiomas, deportes, danza o pintura sin tener en cuenta su bienestar emocional y sus intereses reales. “Antes de inscribir a nuestros hijos en extraescolares, hay que escuchar lo que realmente quieren. Tienen el mismo derecho a disfrutar que nosotros”, afirma Carrasco en una entrevista para la Cadena SER.

La importancia de dejar que los niños elijan sus actividades extraescolares

Muchos padres utilizan las clases extraescolares como refuerzo escolar o como una forma de ocupar el tiempo libre después del colegio. Sin embargo, elegir actividades únicamente por conveniencia adulta no es lo más adecuado para su desarrollo.

Carrasco recuerda que, en ocasiones, los padres creen saber lo mejor para sus hijos, pero se olvidan de preguntarles qué desean hacer. Escucharles no significa ceder siempre, sino darles un papel activo en la toma de decisiones.

Adaptación tras las vacaciones: una vuelta al cole progresiva

Otro aspecto clave es el regreso a la rutina tras el verano. La psicóloga recomienda que septiembre no sea una vuelta brusca, sino una adaptación paulatina. “Las dos primeras semanas son oro para recuperar poco a poco los horarios, el sueño y las actividades”, explica Carrasco. Mantener rutinas flexibles incluso en vacaciones facilita un retorno más equilibrado y menos estresante para los niños.

Una vez que los padres y los hijos eligen juntos una actividad, los expertos recomiendan mantenerla al menos durante dos trimestres. De esta manera, los niños aprenden el valor del compromiso y tienen tiempo para adaptarse.

No obstante, también es importante ser flexibles: las extraescolares deben verse como una oportunidad de prueba y exploración. Si un niño quiere cambiar, no pasa nada: forma parte del proceso de conocerse mejor.

Adolescencia: cómo evitar la presión y la sobreexigencia

En la etapa adolescente, la presión externa aumenta y muchos jóvenes terminan vinculando su autoestima únicamente a resultados académicos o deportivos. Esto puede derivar en frustración y ansiedad. “Tenemos que demostrarles que los valoramos por lo que son, no solo por lo que hacen”, resalta la psicóloga. Este mensaje resulta fundamental en un periodo en el que la identidad y la seguridad personal aún se están construyendo.

Aunque el deporte es una de las opciones más comunes —fútbol, baloncesto, atletismo, artes marciales o gimnasia—, no es la única alternativa. El baile, por ejemplo, es una actividad extraescolar muy popular que permite a los niños expresarse, divertirse y socializar, con opciones como hip hop, salsa, danza moderna o ballet. Lo importante es que los pequeños experimenten hasta encontrar la actividad con la que se sientan identificados y motivados.

Escuchar para motivar: el papel de los padres en las decisiones

Dar voz a los hijos en la elección de sus extraescolares les ayuda a implicarse, mantener la motivación y ganar autonomía. La psicóloga Maite Carrasco recuerda que decidir juntos, equivocarse y rectificar también forma parte del aprendizaje. “No pasa nada si un niño prueba una actividad y luego quiere dejarla”, concluye.