
Salud
¿Qué es el fenómeno "vamping" que tanto afecta a los adolescentes?
Se trata de un hábito nocturno que puede perjudicar el bienestar de tu hijo y afectar a su salud

Tu hijo dice “buenas noches”, apaga la luz… pero minutos después, su habitación vuelve a iluminarse bajo las sábanas. ¿Te suena familiar? Si es así, podrías estar frente a un caso de vamping adolescente, un fenómeno cada vez más común que consiste en usar dispositivos electrónicos durante la noche, especialmente a escondidas.
Aunque parezca inofensivo pasar un rato con el móvil antes de dormir, lo cierto es que el vamping afecta gravemente el sueño y la salud mental y física de los adolescentes.
¿Por qué el vamping es un riesgo para los adolescentes?
Durante la adolescencia, el cuerpo y el cerebro atraviesan una etapa crítica de desarrollo. Dormir bien no es opcional: es vital. Sin embargo, el uso de pantallas antes de dormir reduce la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño, dificultando el descanso profundo.
El resultado: se acuestan tarde, duermen mal, y se levantan cansados. De hecho, más del 60% de los adolescentes duerme menos de 8 horas durante la semana escolar, cuando lo ideal sería entre 9 y 10.
FOMO: el miedo a perderse algo, la raíz del vamping
Una de las principales causas del vamping es el FOMO (Fear Of Missing Out) o miedo a quedarse fuera de lo que ocurre en redes sociales. Para muchos adolescentes, la noche es el único momento de privacidad sin supervisión, deberes ni presiones. Es su espacio para “conectarse” a su manera, aunque eso implique sacrificar el descanso.
Consecuencias del vamping en adolescentes
Problemas físicos y emocionales
Fatiga diurna: dificultad para despertarse, bajo rendimiento académico, falta de concentración.
Irritabilidad: el mal humor constante no siempre es por las hormonas, a menudo es por dormir poco.
Riesgo de ansiedad y depresión: la falta de sueño afecta neurotransmisores clave como la serotonina.
Síntomas físicos: dolores de cabeza, cambios en el apetito, defensas bajas, trastornos hormonales.
Cómo combatir el vamping sin conflictos
1. Habla sobre el sueño con lenguaje que ellos comprendan
Explica la importancia del descanso como un “superpoder” que mejora la memoria, el humor y el rendimiento físico. Conecta el sueño con intereses reales de tu hijo.
2. Crea rutinas de desconexión nocturna
Proponed juntos un “modo noche” una hora antes de dormir: lectura ligera, música relajante, estiramientos o conversación. No tiene que ser aburrido ni punitivo.
3. Móviles fuera del dormitorio
Establece una norma familiar: nada de móviles en la habitación por la noche. Cargar los dispositivos fuera del dormitorio ayuda a evitar tentaciones.
4. Da el ejemplo
Si tú contestas correos o revisas redes en la cama, será difícil convencer a tu hijo de que haga lo contrario. Practica con el ejemplo y comparte tu esfuerzo.
5. Usa herramientas de control parental con empatía
Aplicaciones para limitar el tiempo de pantalla pueden ser útiles, pero siempre acompañadas de diálogo, no como castigo. Pactad juntos los horarios y revisadlos.
El vamping es una señal, no una rebelión
Detrás del vamping puede haber más que simple adicción al móvil: necesidad de intimidad, gestión emocional, ansiedad o soledad. Escucha antes de imponer reglas. Comprender lo que tu hijo necesita es clave para acompañarlo hacia hábitos más saludables.
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