Familia
Raquitismo infantil: causas, síntomas, diagnóstico y cómo prevenirlo
Todo lo que debes saber para detectar a tiempo esta enfermedad ósea en niños
El raquitismo infantil es una enfermedad que afecta a los huesos en crecimiento de los niños, provocada principalmente por la falta de vitamina D. Esta deficiencia impide que el organismo absorba adecuadamente calcio y fósforo, minerales fundamentales para la formación y fortaleza de los huesos. Como consecuencia, los huesos se vuelven débiles, blandos, se deforman y el desarrollo infantil se retrasa.
El raquitismo suele manifestarse en edades de rápido crecimiento, especialmente entre los 6 meses y los 3 años. La falta de exposición solar, motivada por la sobreprotección o los hábitos actuales de pasar más tiempo en interiores, limita la producción natural de vitamina D a través de la piel.
Aunque hoy en día no es una enfermedad frecuente, algunos factores pueden aumentar el riesgo.
Principales causas del raquitismo infantil
La causa más común es la deficiencia de vitamina D, ya que esta vitamina facilita la absorción de calcio y fósforo en el intestino. La principal fuente de vitamina D en la infancia es la exposición al sol.
Otras causas que pueden provocar raquitismo en niños son:
Enfermedades como la celiaquía, la fibrosis quística o la enfermedad inflamatoria intestinal.
Problemas renales que dificultan la metabolización de la vitamina D.
Factores de riesgo como:
Pertenecer a la etnia negra, ya que la piel oscura reduce la síntesis de vitamina D.
Nacer prematuro.
Deficiencia de vitamina D en la madre durante el embarazo.
Lactancia materna exclusiva sin suplementación, ya que la leche materna no aporta suficiente vitamina D.
Uso de ciertos medicamentos, como anticonvulsivos o antirretrovirales para tratar el VIH, que interfieren en la absorción de vitamina D.
Síntomas del raquitismo infantil: señales de alerta
Los signos que pueden indicar raquitismo en un niño son variados. Los más comunes son:
Dolor en la columna vertebral, la pelvis y las piernas.
Calambres frecuentes.
Debilidad muscular.
Retraso en el desarrollo motor y del crecimiento.
Retraso en la salida de los dientes y problemas en el esmalte dental.
Deformidades óseas como piernas arqueadas.
Engrosamiento de muñecas y tobillos.
Mayor tendencia a infecciones y sudoración excesiva.
Diagnóstico del raquitismo infantil
Para confirmar el raquitismo, el pediatra valorará la dieta del niño, la exposición solar y su historial clínico. Durante la exploración física, examinará cuidadosamente huesos como el cráneo, piernas, tórax, muñecas y tobillos.
Las pruebas más habituales para diagnosticar raquitismo infantil incluyen análisis de sangre y orina y radiografías de huesos como las rodillas y las muñecas para detectar deformidades.
Tratamiento del raquitismo infantil: cómo se cura
El tratamiento del raquitismo infantil suele basarse en la administración de suplementos de vitamina D durante 2 o 3 meses, acompañados de calcio. El pediatra realizará controles para asegurarse de que el niño responde bien a la terapia y sus niveles de vitamina D se normalizan.
Cómo prevenir el raquitismo infantil
La prevención del raquitismo en niños se basa principalmente en fomentar la exposición solar segura. Es recomendable que los niños pasen tiempo al aire libre todos los días.
Además, se debe garantizar una dieta rica en alimentos que aporten vitamina D de forma natural, como pescado azul (salmón, sardinas) y yema de huevo.
La detección temprana, una alimentación equilibrada y la exposición al sol son claves para prevenir y tratar el raquitismo infantil. Consulta siempre con el pediatra ante cualquier sospecha.