Acoso Escolar
La Sociedad Española de Sueño alerta: los problemas de sueño pueden ser el primer signo de acoso escolar
Expertos recomiendan vigilar los cambios en el descanso infantil como posible indicador de 'bullying'

Con motivo del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, la Sociedad Española de Sueño (SES) ha advertido de que el mal descanso puede ser una de las primeras señales de alerta del 'bullying'. Según la entidad, la relación entre el acoso y los trastornos del sueño es “constante y bidireccional”.
La portavoz de la SES, la psicóloga Aróstegui, recuerda que un metaanálisis publicado en 2024 en la revista científica Sleep Medicine Reviews encontró una asociación clara entre la victimización por acoso y una peor calidad y menor duración del sueño, así como una mayor dificultad para conciliarlo.
Según la experta, las víctimas de acoso “tienen entre dos y tres veces más riesgo de experimentar trastornos del sueño” que sus compañeros no acosados.
El acoso escolar, destaca Aróstegui, constituye un “factor de riesgo significativo” para el desarrollo de insomnio crónico, pesadillas recurrentes o incluso trastorno de estrés postraumático (TEPT).
El cuerpo habla cuando el niño no puede hacerlo
Los niños, especialmente los más pequeños, pueden tener dificultades para expresar el miedo o la angustia que sienten, pero su cuerpo reacciona al estrés.
“El insomnio, las pesadillas o el rechazo a dormir solos son manifestaciones del estado de hipervigilancia y ansiedad que provoca el acoso”, explica la portavoz.
Por ello, la SES recomienda que padres, tutores y educadores consideren los problemas persistentes de sueño como una posible bandera roja de problemas subyacentes.
Un cambio repentino o continuado en los patrones de sueño debe ser investigado, ya que la falta de descanso agrava el impacto emocional y puede generar una “espiral de deterioro”.
Sueño y acoso: una relación bidireccional
La evidencia científica también indica que la relación entre el acoso y el sueño es bidireccional.
“El acoso escolar incrementa el riesgo de sufrir problemas de sueño, pero a su vez la falta de sueño aumenta la vulnerabilidad al acoso”, apunta Aróstegui.
Dormir mal afecta las habilidades sociales, emocionales y cognitivas necesarias para defenderse y relacionarse, disminuye la asertividad y la capacidad para poner límites, y puede generar mayor irritabilidad, reactividad y bajo rendimiento escolar, factores que los acosadores perciben como signos de debilidad.
Cómo ayudar desde el sueño a los menores víctimas de acoso
Para la SES, la prioridad absoluta debe ser detener el acoso y garantizar la seguridad del menor, aunque el descanso también puede contribuir a la recuperación emocional y física.
Entre las recomendaciones de la experta se encuentran:
Mantener un dormitorio seguro, oscuro, fresco y silencioso.
Establecer un ritual relajante antes de dormir (baño, lectura, música suave).
Evitar pantallas al menos una hora antes de acostarse.
Respetar los horarios de sueño, incluso los fines de semana.
Contar con el apoyo de un psicólogo especializado en sueño y acoso.
Además, la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) se presenta como el tratamiento de primera línea, incluso en casos de estrés crónico, ayudando a los menores a modificar los pensamientos y hábitos que perpetúan el insomnio.