Cargando...

Investigación

Un bioplástico inteligente nacido en Galicia quiere conquistar la industria alimentaria

El nuevo material mejora la conservación de alimentos, es compostable y puede producirse a gran escala sin aditivos ni tóxicos

Bioplásticos Cedida

¿Podría un envase reforzarse a sí mismo, conservar mejor los alimentos y, además, ser completamente biodegradable? Eso es precisamente lo que ha conseguido un equipo de investigación gallego desde el Campus Industrial de Ferrol. Un grupo de científicas de la Universidade da Coruña (UDC) ha desarrollado un nuevo tipo de bioplástico con potencial para revolucionar el sector del embalaje alimentario.

La clave reside en el material: se trata del PHBV, un biopolímero de origen natural que ya es conocido por su capacidad para degradarse sin dejar rastro en el medio ambiente. Lo innovador del descubrimiento es que, en lugar de añadirle otros productos químicos o plásticos convencionales, las investigadoras han logrado reforzarlo utilizando micropartículas del propio material. Es decir, el bioplástico se fortalece a sí mismo.

Este avance, que forma parte de la tesis doctoral de Anja Schmidt y se enmarca en el proyecto europeo Waste2BioComp, ha sido posible gracias a la colaboración con un centro de investigación de referencia en Alemania. Además de Schmidt, firman el estudio las investigadoras Birgit Bittmann-Hennes, Danny Moncada y Belén Montero, responsable del proyecto en la UDC.

Ventajas prácticas

¿Y qué supone esto en la práctica? Un envase más resistente, que protege mejor contra el oxígeno y la humedad -dos factores clave para la conservación de alimentos-, y que al final de su vida útil puede reciclarse o compostarse sin complicaciones. A diferencia de los envases multicapa tradicionales, que combinan materiales difíciles de separar, este nuevo bioplástico mantiene una composición uniforme que simplifica su gestión.

Otra gran ventaja es que se puede fabricar con tecnologías ya disponibles en la industria, como la extrusión y el moldeo por inyección, sin necesidad de disolventes tóxicos ni procesos complejos. Según el equipo investigador, es la primera vez que se consigue incorporar partículas de PHBV a una matriz del mismo material de forma eficiente y a escala industrial.

El proyecto Waste2BioComp reúne a 13 entidades de seis países europeos con un objetivo común: transformar residuos orgánicos en nuevos biomateriales sostenibles. En este marco, la UDC lidera un paquete de trabajo centrado en nuevas soluciones para el envasado.

Como cierre de este proyecto, la investigadora Belén Montero presentó recientemente los resultados en Bruselas, en un encuentro europeo sobre materiales biobasados. Allí defendió el papel clave que pueden jugar los biopolímeros para reducir el uso de plásticos derivados del petróleo, tanto en productos rígidos como flexibles.