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Leyendas

Este es el rincón de Galicia en el que las aguas brotaron al caer la cabeza de una santa

Arqueología y mito se dan la mano en este pueblecito de la provincia de Orense que esconde la historia de una mártir del siglo II

Iglesia de Santa Mariña de Augas Santas. Wikipedia

En un rinconcito de la provincia de Orense, la pequeña aldea de Santa Mariña de Augas Santas (Allariz, Orense) guarda un lugar en el que la historia y la leyenda se entremezclan. Este enclave rural, declarado Conjunto Histórico-Artístico, atesora restos arqueológicos milenarios y tradiciones que perviven desde hace siglos. Quien se adentra en sus bosques encuentra fuentes milagrosas brotando entre piedras antiguas, ruinas de templos inacabados y el eco de una mártir cuya memoria impregna cada rincón.

La tradición nos transporta al siglo II. Mariña era una pastora cristiana de Gallaecia que despertó la obsesión del prefecto romano Olibrio. Al negarse ella a renunciar a su fe, ordenó torturarla brutalmente.

Sin embargo, tras cada suplicio la muchacha sanaba milagrosamente al cabo de tres días. Enfurecido, Olibrio la arrojó a un estanque para ahogarla y luego a un horno encendido, pero ni el agua ni el fuego consiguieron matarla: según la leyenda, el apóstol San Pedro intervino para salvarla de las llamas y enfriarla con agua divina.

Finalmente, el 18 de julio del año 139, Mariña fue decapitada. Su cabeza, al caer, rebotó tres veces contra el suelo, y de cada punto brotó un manantial de agua pura. Así nacieron las “augas santas” (aguas santas) que dan nombre al lugar. Se dice que la santa fue enterrada allí mismo, y que tiempo después se alzó una iglesia sobre su sepulcro, convirtiendo el paraje en destino de peregrinación.

Santuario y fuentes milagrosas

En el corazón del pueblo se alza la Iglesia de Santa Mariña de Augas Santas, un templo románico construido entre los siglos XII y XIII en el lugar donde según la tradición se halló el sepulcro de la santa.

Santa Mariña de Augas Santas. Turismo de Galicia

La iglesia, de tres naves con ábsides semicirculares, exhibe en su fachada un rosetón y detalles típicos del románico gallego. En su interior se custodian las supuestas reliquias de Santa Mariña: el sepulcro donde habría reposado su cuerpo y un pequeño mausoleo con su imagen yacente.

Muy cerca de la iglesia brotan las aguas legendarias del martirio. Detrás del ábside, junto al cementerio, se encuentra la Fonte Santa o Fuente de Augas Santas, una fuente del siglo XIX erigida en el punto exacto donde cayó la cabeza de la márti. De sus tres caños fluye agua cristalina considerada curativa.

La fuente ostenta una figura tallada de la santa, guardiana del manantial milagroso. A su lado, rodeado de un murete, descansa el tocón de un roble venerable: el Carballo da Santa. Durante generaciones se creyó que este árbol sangraba savia roja si era cortado. Un rayo lo derribó años atrás, pero su tronco permanece como recuerdo de aquella creencia.

La Capilla de San Tomé alberga el Pozo de la Santa, un sencillo manantial que algunas versiones señalan como el sitio de la decapitación de Mariña.

El horno de la Santa y la basílica inacabada

Adentrándonos en el bosque, la ruta conduce a los muros cubiertos de musgo de la Basílica de la Ascensión. Este templo románico quedó inacabado en el siglo XIII, alimentando la leyenda. Bajo sus restos se oculta la cripta llamada Horno de la Santa, donde la leyenda sitúa el fallido suplicio del fuego. En el techo abovedado de la cripta se aprecia un orificio que habría servido de chimenea de aquel horno.

Santa Mariña de Augas Santas. Turismo de Galicia

La cripta del horno encierra también un secreto arqueológico. Allí se encuentra una Pedra Formosa, gran losa labrada típica de antiguos baños rituales castreños. Piscinas talladas en la roca, canales y un altar sugieren que este espacio subterráneo fue primero un santuario pagano de purificación. Probablemente la leyenda cristiana aprovechó esos vestigios: el horno de la Santa habría sido originalmente una sauna sagrada castrexa, reinterpretada luego como escenario del milagro.

Tras la huella del castro de Armea

Muy cerca aflora el pasado en la Cibdá de Armea, antiguo castro galaico-romano. Las excavaciones han sacado a la luz casas, calles empedradas y murallas de un poblado habitado entre el siglo IV a.C. y el IV d.C. Hallazgos como estatuillas de guerreros, piedras con símbolos solares o monedas romanas confirman que el trasfondo histórico de la leyenda fue real.

Para conocer este lugar, nada mejor que recorrer la Ruta Arqueológica de Armea, un sendero de 2,5 km que conecta todos estos puntos. La caminata, de baja dificultad, comienza en la iglesia y se interna en el bosque, recreando el mito paso a paso. En torno al 18 de julio, los vecinos celebran romerías, procesiones y rituales en honor a la santa. En Santa Mariña de Augas Santas la frontera entre la historia y la fábula se difumina: las piedras y las aguas susurran milagros, y el paisaje entero sigue contando la leyenda de la joven mártir y sus augas santas.