Turismo

El laberinto más grande de España está en Galicia: un reto celta de 6.000 metros cuadrados

Quien se adentre entre sus setos deberá encontrar la salida a través de 2,3 kilómetros y más de 4.000 árboles

Imagen aérea del laberinto.
Imagen aérea del laberinto. Laberinto de Breogán

En una aldea que se oculta entre las brumas de las Rías Altas y en la que los petroglifos todavía susurran leyendas con el viento, se alza un bosque con forma de cruz celta. Pero este no es un bosque cualquiera: se trata del laberinto más grande de España. Un reto que supera los 6.000 metros cuadrados y que se localiza en Vilarmaior, A Coruña, mezclando la historia con el juego y la mitología con los distintos pasadizos.

Caminar por sus 2,3 kilómetros de senderos es adentrarse en un mapa vegetal diseñado para sorprender. Más de 4.000 árboles delimitan caminos que se cruzan, se bifurcan, se cierran y se burlan. El tiempo se diluye dentro. La brújula interior de cada uno se pone a prueba. La salida existe, sí, pero encontrarla exige algo más que orientación: exige atención, intuición y alma de viajero.

Todo comenzó en 2017, cuando José Luis Meitín, vecino del lugar, sintió que los petroglifos que rodean su aldea, los más numerosos de Galicia, merecían un diálogo contemporáneo. Así nació la idea de un laberinto inspirado en la espiritualidad celta. Con ayuda del paisajista Raúl Castellar, discípulo del célebre Adrian Fisher, el diseño tomó forma. Los árboles crecieron con paciencia de druida. Y en 2022, el Laberinto de Breogán abrió por fin sus puertas al mundo.

El eco de los antiguos

El nombre no es casual. Breogán fue el mítico rey celta que fundó Brigantia, levantó una torre junto al mar y, desde ella, su hijo Mil divisó la lejana Irlanda. Ese gesto de mirar más allá de lo visible se convierte aquí en metáfora: al recorrer el laberinto, el visitante busca algo que no siempre está en la superficie.

Cada año, un nuevo reto propone encontrar 16 símbolos celtas escondidos entre los setos. Algunos tienen 12.000 años de antigüedad. Todos hablan de la conexión entre el ser humano y el universo, de los ciclos de la vida, del poder protector de la espiral y la cruz solar.

Nada es fruto del azar. Los símbolos aparecen en carteles de madera, a ras de suelo o alzados sobre palos, pero nunca ocultos tras los setos. El reto no es sólo encontrarlos, sino hacerlo en orden, entender su significado, dejar que hablen. Así, el laberinto se transforma en una especie de juego iniciático, en un rito de paso contemporáneo.

Un desafío para todos

Aquí no hay edad ni condición. Lo mismo se adentran escolares que abuelos, parejas que grupos de amigos, mascotas incluidas. Algunos acuden por el reto, otros por la risa. Los más perspicaces pueden completar el recorrido en menos de una hora.

Otros se perderán gustosos durante más tiempo. Y quien se vea abrumado encontrará puertas de salida alternativas y un número de teléfono de auxilio. Porque el objetivo no es agobiar, sino disfrutar.

Tras superar los desafíos, se alza la torre mirador. Desde su cima se descubre, al fin, la forma del laberinto: una cruz celta dibujada con árboles vivos. No se ve desde dentro, sólo desde arriba.

Horarios de verano

El Laberinto de Breogán permanece abierto todo el verano y adapta sus horarios a los ritmos de cada mes. En julio, abre de martes a viernes por las tardes, de 17.00 a 20.30 horas (última entrada a las 19.30 h), y los sábados, domingos y festivos, incluido el 25 de julio, también por las mañanas, de 11.00 a 14.00 h (última entrada a las 13.00 h), y por la tarde, de 17.00 a 20.30 h.

En agosto, el laberinto abre todos los días, incluido el festivo del día 15, en horario de mañana de 11.00 a 14.00 h y de tarde de 17.00 a 20.30 h, con última entrada siempre una hora antes del cierre.

Más que un juego

El mayor laberinto de España no está en una capital turística ni en un parque temático. Está en Galicia, tierra de brumas y memoria. Es un lugar para jugar, sí, pero también para sentir. Porque perderse entre setos puede ser, en el fondo, otra forma de encontrarse. ¿Te atreves a entrar?