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Turismo vinícola

Tres denominaciones de origen que explican el alma vinícola de Galicia

Cada una de ellas, con sus variedades y paisajes singulares, reflejan la riqueza cultural, agrícola y enoturística de un territorio que ha hecho del vino un elemento consustancial a su identidad

Tres denominaciones de origen que explican el alma vinícola de Galicia Turismo de Galicia

Galicia es tierra de vino, un territorio donde la viña forma parte del paisaje desde tiempos prerromanos y que ha consolidado su presencia internacional gracias a denominaciones de origen tan reconocidas como Rías Baixas, Ribeiro o Monterrei.

El Albariño como emblema

La D.O. Rías Baixas, creada en 1988, se sitúa principalmente en Pontevedra y una pequeña parte de A Coruña. Desde su constitución, el crecimiento ha sido imparable. En la última década, las ventas aumentaron un 42%, alcanzando casi 28 millones de litros, con exportaciones que se han triplicado hasta los 9,5 millones de litros.

Extendiéndose por 4.321 hectáreas y más de 22.000 parcelas, es un territorio de minifundio que se articula en cinco subzonas: Val do Salnés, O Rosal, Condado do Tea, Ribeira do Ulla y Soutomaior. Su vino estrella es el Albariño, variedad autóctona que alcanza aquí su máxima expresión, con notas frescas y frutales que han conquistado el mercado internacional.

El enoturismo encuentra en Rías Baixas un potencial singular. Lugares como Cambados, capital del Albariño; los pazos con bodegas históricas; el litoral de O Grove y la playa da Lanzada; la ermita de A Toxa o rutas por la ría de Arousa, son ejemplo de la unión entre patrimonio, gastronomía y viticultura.

La Festa do Albariño de Cambados, que se celebra desde 1953, es hoy la fiesta del vino más antigua de Galicia y un referente de exaltación del trabajo vitivinícola.

D.O. RibeiroXurxo Lobato

Historia y prestigio en el corazón de Galicia

El Ribeiro, en la comarca ourensana bañada por los ríos Miño, Avia y Arnoia, es la D.O. más antigua de Galicia. Sus referencias vitícolas se remontan al siglo II a.C., cuando Estrabón constató la elaboración de vino en la zona, y alcanzó esplendor en la Edad Media gracias a monasterios benedictinos y cistercienses como los de San Clodio, Oseira o Melón, que impulsaron la plantación masiva de viñedos.

Ya en el siglo XII, el vino del Ribeiro era citado en contratos y crónicas como uno de los más valorados, llegando a comercializarse en Inglaterra, Holanda y otras regiones de Europa a través del Camino de Santiago.

Sus variedades autóctonas como la Treixadura, Torrontés o Godello, cultivadas en unas 1.300 hectáreas, han dado vida a vinos de prestigio internacional.

El Ribeiro también ofrece una fuerte dimensión enoturística: el barrio judío de Ribadavia, el monasterio de San Clodio o las aguas termales de Arnoia forman parte de un itinerario en el que el patrimonio histórico convive con el sabor del vino y la gastronomía local, como el pulpo de O Carballiño.

XVIII Feira do Viño de MonterreiBrais LorenzoAgencia EFE

La esencia de la frontera

La tercera denominación, Monterrei, se sitúa en el sureste de Galicia, en el valle de Verín, en frontera con Portugal. Su historia vitivinícola se remonta a más de 2.000 años, como lo demuestran restos arqueológicos de villas romanas y de lagares rupestres excavados en la roca (más de 50 conservados, únicos en Galicia).

El castillo de Monterrei es el símbolo monumental de una comarca donde la vid ha configurado la vida social y económica desde la Edad Media. La Carta Puebla de Verín de 1183 recoge disposiciones sobre la comercialización del vino, y ya en el siglo XVIII la omnipresencia de los viñedos quedó plasmada en testimonios del Catastro de Ensenada.

Aunque a mediados del siglo XX el viñedo entró en crisis, la comarca resurgió en los años 80 con una profunda reestructuración y la apuesta por vinos de calidad, lo que llevó a la aprobación oficial de la D.O. en 1994. Hoy, sus tintos y blancos compiten en prestigio gracias a un microclima favorable y a la diversidad de suelos.

El visitante encuentra aquí un maridaje entre vino y patrimonio: el castillo medieval, el valle de Verín con sus balnearios, los pazos y aldeas, o la cercanía de Chaves, en Portugal, convierten la ruta vitícola en una experiencia cultural y turística única.