Gastronomía
Cañabota, un restaurante escaparate
Es complicado encontrar gastronomía rara en Sevilla. Seamos sinceros, somos amantes de las barras caso del Casablanca, La Moneda, las Bodeguitas Romero, y tantas andanzas y tirabeques hispalenses. Cuando llega la hora de la verdad, y buscamos planteamientos, pretensión gastro, hay una ruta que pasa obligadamente por Cañabota. Los iniciados hablan y no de paran de un restaurante piscícola, así como en la actual barra, donde todo es un lugar de promisión.
¿Qué puede disfrutar un paladar fino en esa casa? Un escaparate de pescados intentando emular la joyería fina, que ya ha causado estado en tantos lugares de la geografía culinaria nacional donde las delicias náuticas se exponen para solaz y refrigerio de quien deja sumergir los sentidos en el juego de la brasa intuida. El concepto es inmejorable y el trato de los pescados es puro mimo, pero como ocurre a veces esa andanza no necesariamente tiene éxito. Proliferan esas casas donde los ojos violentos y frescos de las bajuras marineras nos lanzan el guante de sabores y untuosidades. Cañabota es uno de esos lugares para comer, dejarse masajear por unos camareros de vino inteligentes, y una sala gozosa e hiperactiva. Cuando uno come en esta casa tiene ganas de dejar la toga, pedir matrimonio, y decir que se entrega sin armas y bagajes porque son unos fenómenos los titulares. Y lo son.
El problema es que les ha dado por ser modernos, de la misma manera que en los 80 nos teñíamos de naranja y decíamos que todo lo que no fuera londinense era absurdo. Y todas sus brillantes intenciones quedan en agua de borrajas. Y así, tenemos una ostra asada, mariscos con Chantarela, un tartar de cuestionable vigencia con caviar pretencioso, un pargo a la romana que merecía mejor fritura y una olvidadiza hurta de poco sabor, mala temperatura y punto en fuga. Hay delicias como la sardina marinada, el chipirón terso quizá un poquito más de la cuenta y lo que va surgiendo de esa fábrica de ideas que tienen en la casa. Merece visita y más oportunidades.
Cocina: 6,25; Bodega: 8.75; Sala: 8.15; Felicidad: 7.
Dónde: C/ Orfila,3. Sevilla.
Tel.: 954 87 02 98.
Precio medio: 60 euros.
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