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Trucos
¿Con la tapa abierta o cerrada? Conoce el secreto para preparar el café perfecto en la cafetera italiana
Para obtener el mejor café, es importante saber lo que estamos haciendo. Hoy profundizaremos en una de las preguntas más comunes:
La cafetera italiana, también conocida como cafetera moka o cafetera espresso de cocina, es un aparato ideal para preparar café de una calidad extraordinaria y a un precio muy asequible. Fue inventada en el año 1930 por el italiano Alfonso Bialetti y desde el primer momento se convirtió en un éxito entre los aficionados al café de todo el mundo; llegándose a vender más de 300 millones de estas cafeteras hasta el día de hoy.
La cafetera italiana no sólo prepara el mejor café, sino que también es la más económica, la menos aparatosa y la más ecológicamente sostenible. Porque, a diferencia de otras cafeteras del mercado, este modelo no necesita ningún consumible (además del café, claro), como ocurre con las cafeteras de cápsulas o las cafeteras express.
Ahora bien, para obtener el mejor café, es importante saber lo que estamos haciendo. El proceso es bastante analógico, así que debemos prestarle mucha atención a todos nuestros pasos hasta que le cojamos el truco. En cada uno de los pasos suelen aparecer varias preguntas que se repiten una y otra vez. Por ejemplo, ¿Cuál es el punto de molido ideal para preparar la cafetera italiana?, ¿Cuánta agua debemos echar?, ¿Hasta qué punto debemos compactar el café en el depósito?, etc. Hoy nos centraremos en otra de estas preguntas típicas alrededor del uso de la cafetera italiana:
¿Es mejor con la tapa abierta o cerrada?
Hace unos meses, la Organización de Consumidores y Usuarios publicó un artículo en el que explicaba si es mejor preparar el café con la tapa de la cafetera abierta o cerrada. Con este artículo, los expertos de la OCU trataron de responder a una pregunta que se repitió varias veces a través de las redes sociales después de que se generara cierto debate sobre si era una buena ideas en lugar de agua.
Si quieres disfrutar de una deliciosa taza de café, sigue estos sencillos pasos. Primero, asegúrate de llenar la parte inferior de la cafetera con la cantidad adecuada de agua. Si no estás seguro de cuánta agua necesitas, simplemente llénala hasta la válvula de seguridad. Luego, coloca el café en el filtro. Para una taza perfecta, se recomienda utilizar dos cucharadas de café molido por taza. A continuación, une la parte inferior de la cafetera con la superior, asegurándote de que la goma quede bien sellada para evitar que se escape el vapor.
Una vez que la cafetera esté lista, ponla en la cocina y enciende el fuego. Espera pacientemente hasta que el agua empiece a hervir. Cuando esto ocurra, empezará a generarse vapor y comenzará a aumentar la presión en el interior de la cámara inferior, empujando el agua hacia arriba… a través de los gránulos de café y hacia la cámara superior, donde se acaba concentrando la infusión de café que tanto nos gusta.
El secreto detrás de la calidad del café preparado en la cafetera italiana es que la presión acumulada durante todo este proceso siempre se mantiene en 1,5 bares. Esto se consigue gracias a una válvula de seguridad libera el exceso de presión en forma de vapor de agua. Cuando dejes de escuchar el característico gorgoteo de la cafetera italiana, lo único que quedará por hacer será servir el café en una taza y disfrutarlo.
Como habrás podido advertir, en todo este juego de temperaturas y vapores… la presión de la cámara superior resulta más bien irrelevante. Entonces, ¿Por qué importa mantenerla de una u otra forma? La verdad es que no es importante, en lo que a la calidad del café se refiere, sin embargo, desde la OCU nos explican que es mejor mantener la tapa abierta para controlar que el café de la cámara superior nunca rompe a hervir, ya que esto provocará sabor a quemado en el café.
Ahora bien, tal y como señalan los expertos del organismo, esto puede ser peligroso e inconveniente, porque si el café llegase a hervir de golpe y la tapa está abierta, podría salpicar y provocar una quemadura. Para evitarlo, desde la OCU aconsejan reducir a fuego medio una vez que el café empieza a subir, manteniendo la tapa abierta para controlar todo el proceso. Por último, también recomiendan ponerte una manopla de cocina para sujetar la tapa.
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