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San Valentín

Te contamos cómo se fabrica el mayor placer del ser humano... el chocolate

Y que sin duda es un 'sí quiero' asegurado para el día de San Valentín

No hay duda de que no existe mortal que rechace una onza de chocolate. Ni mucho menos a un bombón. Tampoco al turrón, ni a una buena taza caliente de este manjar. Quizá por ello es la apuesta segura para demostrar amor en el día de San Valentín.

Aprovechando la llegada de uno de los días más románticos del año, nos hemos preguntado cómo se fabrica este producto amado por todos.

Nos movemos a Palencia, donde la fábrica de Chocolates Trapa abre sus puertas exclusivamente a LA RAZÓN para conocer el proceso, de principio a fin, de sus chocolates y bombones.

Luis Antolín, responsable de I+D+i, lleva más de ocho años trabajando en Chocolates Trapa y asegura quesolo come chocolate de lunes a viernes. ''Hay que catar el producto antes de venderlo'', nos cuenta entre risas. Sus favoritos son los más puros, de 75% de chocolate en aumento, pero lo que es cierto es que existen sabores para todos los gustos, y en Trapa, los fabrican todos.

Las etapas de fabricación comienzan por el mezclado de los ingredientes según el tipo de chocolate que se vaya a preparar, con el objetivo de que las partículas lleguen a las 22 micras de tamaño. En otras palabras, para que el paladar humano no note el granulado del azúcar.

La etapa del conchado es el secreto de los chocolateros. En este momento, se trabaja el tiempo y la temperatura según el tipo de chocolate que se quiere conseguir. Cuanto más tiempo, más puro. En una especie de batidora gigante, el chocolate desprende, poco a poco, todos los ácidos volátiles hasta llegar al objetivo.

A continuación, es el turno de que el chocolate se homogenice durante 24 horas para posteriormente atemperarlo. Es uno de los momentos más críticos, ya que, si el chocolate no se cristaliza de manera correcta, no brillará y no hará el famoso 'clack' al partir una onza de la tableta.

Porque es muy importante el producto, pero también lo es la apariencia con la que llega a las manos del consumidor. Aspectos como la tipografía, el color o el ‘packaging’, así como la filosofía de la marca y el mensaje que quiere transmitir.

El director de Marketing, Ángel Amador, dio un giro estético a la marca modernizándola y haciéndola parte de los valores correspondientes al siglo XXI. Chocolates Trapa es una compañía comprometida con el medio ambiente desde que eliminaron el aceite de palma de sus productos hasta los proyectos de reforestación de los bosques españoles que comenzaron en 2021.

La empresa, fundada en 1891 por los monjes trapenses, supone una de las marcas chocolateras más icónicas y queridas. A partir de 2013 inicia un nuevo rumbo en base a tres pilares: la innovación, el estilo y la conciencia social y medioambiental. Así, consigue el premio Sabor del Año 2024, un importante reconocimiento, ya que lo otorgan los propios consumidores tras testar el producto.