El sueño autónomo del bebé es un reto común para muchos padres. Los despertares nocturnos, el llanto constante y la necesidad de contacto físico dificultan que los más pequeños se duerman sin ayuda. Sin embargo, una experta en sueño infantil, conocida en redes como @libabysleep, ha desarrollado una estrategia que promete resultados efectivos: la regla de los 100 segundos.
¿Quién es @libabysleep?
La creadora de este método es madre de dos hijos y experta certificada en sueño pediátrico. Su experiencia personal como madre primeriza, marcada por la falta de sueño, problemas con la lactancia y una intensa sensación de agotamiento emocional, la llevó a buscar soluciones reales.
Tras delegar parte del cuidado nocturno en su pareja y priorizar el descanso, notó una mejora en su bienestar y en su relación con la maternidad. Esto la inspiró a estudiar a fondo el sueño infantil y compartir sus conocimientos con otras familias.
¿Qué es la regla de los 100 segundos?
Este método tiene como objetivo fomentar que el bebé aprenda a calmarse y dormirse por sí solo. La técnica consiste en lo siguiente: cuando el bebé se despierte por la noche o muestre señales de inquietud, los padres deben observar el monitor y contar hasta 100 segundos antes de intervenir.
La clave está en no entrar inmediatamente en la habitación ni ofrecer contacto físico. Según @libabysleep, en el 99 % de los casos, el bebé se vuelve a dormir sin necesidad de ayuda externa durante ese breve periodo.
¿Por qué funciona este método?
La técnica de los 100 segundos permite al bebé desarrollar mecanismos de autorregulación del sueño. Además, evita reforzar la dependencia del adulto cada vez que se produce un pequeño despertar. Para muchos padres, supone un cambio significativo en la rutina nocturna y un paso hacia un descanso más reparador para toda la familia.
Fomentar el sueño independiente en los bebés no es tarea fácil, pero con métodos basados en la observación, la paciencia y la constancia, como la regla de los 100 segundos, es posible lograrlo. Esta técnica no solo favorece el descanso del bebé, sino también el equilibrio emocional y físico de los padres.
