Gente
Bigote y Teresa: más cerca que lejos
Podrían reencontrarse la semana próxima en un explosivo cara a cara
Tras la tempestad viene la calma. Ni los whatssaps tortuosos, ni los juramentos de adiós definitivo. Es cierto que son muy distintos, que el uno es la noche y la otra el día, pero entre María Teresa Campos y Edmundo “Bigote” Arrocet perdura un amor incuestionable que sobrepasa los límites de infidelidades no demostradas y los consejos de la familia de la comunicadora para que ni se le ocurra volver con el que ha sido su compañero sentimental durante los últimos seis años.
El lunes 13, como ya contó LA RAZÓN en exclusiva, Bigote está citado en el Instituto Toxicológico de la localidad madrileña de Las Rozas para someterse a unas pruebas de ADN como parte del proceso judicial por la demanda de paternidad interpuesta por su presunto hijo Alexis Ledgard. Y si finalmente se presenta, cosa que muchos dudan, aprovechará el regreso a Madrid para calibrar la posibilidad de tener ese cara a cara con su Teresita. Las “negociaciones” entre las dos partes se llevan muy en secreto, no quieren presencia de paparazzi ni de cámaras televisivas.
Ha sido un gran amigo de ambos el que ha actuado de intermediario para intentar acercar posturas, a sabiendas de que, a pesar de todo lo que ha dicho contra el humorista, la comunicadora no ha cerrado totalmente las puertas a la reconciliación. Y Edmundo estaría por la labor de, por lo menos, aclarar posturas. Lo que salga de esa posible cita marcará, definitivamente, el futuro sentimental de los dos.
Una persona cercana a la veterana periodista nos desvela que “a Teresa le costó muchísimo sacar aquel comunicado, y, también, prestarse a la exclusiva en el “¡Hola!", porque hasta el último momento estuvo esperando una señal de Edmundo que le permitiera concebir la esperanza de un reencuentro". Añade que "Arrocet se arrepiente de algunas de sus últimas actitudes contra María Teresa. Por ejemplo, de haberle dicho por Whatssap que no le buscara porque iba a ser peor. Ha recapacitado y está convencido de que tiene que hablar con ella. Y no desde el rencor o el enfado, sino desde la comprensión y el diálogo.”
Como decíamos antes, en el entorno familiar de la Campos no son partidarios de una reconciliación. Sus motivos tienen para ello, porque han visto llorar en silencio a Teresa, y su sufrimiento desde principios del pasado diciembre ha sido “infinito”. Además, tantos rumores de infidelidad le causaron mucho daño, aunque intentara convencerse a sí misma de que eran falsos. Y los “tiros” de quienes apuestan por el no a la reconciliación van dirigidos hacia Terelu y su hermana Carmen, si es verdad que no han mantenido nunca una relación tan cordial con Bigote como su madre deseaba. En cambio, los hijos de Arrocet sienten un cariño muy sincero hacia la que ha sido la novia de su padre y verían muy positivamente que volvieran a estar juntos. De producirse la cita secreta no tendría lugar, claro, en la mansión de Molino de la Hoz, donde tan buenos momentos vivió la pareja. El lugar sí que es el gran misterio de esta historia. Ya veremos si el encuentro se produce.