Crónica

Belén Esteban y Rosa Benito, enfrentadas como las folclóricas

Belen Esteban arriving to her Trial in Madrid on Friday, 12 February 2021.
Belen Esteban arriving to her Trial in Madrid on Friday, 12 February 2021.GENGTRES

Sin grandes temas que abordar, tan solo ocupa, y también preocupa, la nueva rabieta, despiadada, oportunista y dura entre Belén Esteban y Rosa Benito (prefiero no añadir el que ella misma se otorgó en un exceso nada disculpable). Vanidad de vanidades, ya se sabe. Su rifirrafe interesa y también divierte, aunque ya digo que no está el horno para bollos. Al menos nos queda ella, de quien poder hablar y especular, más se perdió en Cuba y al menos podemos recurrir a un supuesto asombro, alucine y desmadre. «Yo no utilizo ni manejo a la prensa», dice. No podíamos suponer que este tan diferente, y sin embargo parecido, dúo nos inspirarían. Bendito sea Dios, lo que hay que ver. Así hemos de vernos centrados y embebidos en Belén y Rosa porque copan la nada interesante actualidad. Se habla, comenta y discute «la guerra de Belén y Rosa».

Es tema que ocupa y llena portadas especialmente al saberse que Rosa podría estar muy dolida con su antigua y entrañable amiga. Más leña al fuego. Se declaran en pie de guerra –y a mí qué– y Rosa tilda a Belén de «soberbia y de utilizar los medios a su antojo». Como si pudieran manipularnos. Por si ya fuera poco, agrega que «me da mucha pena». Y también le recrimina haber estado dos semanas sin ir a la tele tras su enfado con Jorge Javier. Como si en eso le fuese la vida, otro dislate de una incomunicación. «No entiendo su comportamiento con la prensa», añade Belén, metiendo aún más el dedo en la llaga. Sabe dónde arrear, aunque seguidamente comenta muy razonable que «en las guerras no gana nadie». Le sobra razón, igual que a Benito sosteniendo firme «que no quiero peleas» aunque no lo aparente. A ver si toma nota y pone punto en boca, única manera de zanjar un tema que nos ocupa pero no preocupa. Son como las antiguas folclóricas, menuda lata. Cantan y desafinan pero sin tener voz, salero ni gracia. Por si ya fuera poca batallita, tercia la guapa, entrañable y nada chismosa Charo Vega provocando infartos: «La amistad entre Pantoja y María del Monte se rompió por algo muy personal, no por dinero. Fue algo afectivo. La noche en que Carmen Ordóñez murió ahogada en su bañera, tras felicitar el cumpleaños a mi hija, me dijo que tenía mucho que hacer al día siguiente, pero que debíamos hablar mucho. Su muerte fue terrible».