Crónica
La otra guerra que ya está aquí: mucha caña a la reina de las cañas
Ante lo que está sucediendo en Ceuta y Melilla y la búsqueda desesperada de disculpas, al Gobierno y sus socios solo les falta acusar a Díaz Ayuso (todavía están a tiempo) de provocar el efecto llamada por su política de cañas y berberechos. Al parecer, la cerveza y las tapas excitan sobremanera a los subsaharianos. Como si no tuviéramos bastante con las guerras de la Pantoja y Rociíto, llega la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, y le dice a Almeida: «Estoy aquí para defender a Sánchez de cada patada que le deis». Delegada con VAR y táctica Simeone: pocas mercedes y mucha caña a la reina de las cañas. Acabará en «Sálvame». Hay más en la ofensiva: en primera línea está González Laya, que acusa a Madrid de que los turistas británicos no vengan «porque su media (la media de contagios, no la de Isabel) coloca a España en su semáforo rojo». No importa: con su habilidad diplomática ha conseguido aumentar considerablemente las visitas a Ceuta y Melilla. Más arietes: María Jesús Montero cañonea con la armonización fiscal, Carmen Calvo arroja aceite hirviendo («Madrid es el reino de la desigualdad») y Mónica García, la anestesista, que no es del Gobierno pero como si lo fuera, ametralla sin cloroformizar: «El éxito de Ayuso ha sido aprovechar la fatiga pandémica; el suyo es un desgobierno que es pan para hoy y hambre para mañana». Y no podía faltar Él, que profetiza el resultado de la batalla: «Quiero decir con rotundidad que la izquierda volverá a Madrid». O sea, «volveré», como anunció el general MacArthur frente a las costas filipinas quizá soñando a Isabel Preysler. Inevitable que a Díaz Ayuso se le ponga cara de Agustina de Aragón. Para emplear bien el cañón debería inspirarse en la guerra de Gila y llamar directamente a la Moncloa: «Oiga, ¿es el enemigo? ¿Van a avanzar mañana? ¿A las siete? A esa hora estamos todos desayunando chocolate con churros en San Ginés. ¿No pueden avanzar después de las cañas y los berberechos? Si vienen muchos no sé si MAR tendrá balas para todos…».
Ya, no es el Arte de la Guerra de Sun Tzu, pero a lo mejor a Iván le entra la risa floja y da cuartelillo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar