Opinión

La crónica de Amilibia: “No mires arriba, ni abajo ni a los lados”

La película de Netflix es un grito risueño contra la mediocridad política, la burocracia y la idiotez generalizada

Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence en un fotograma de 'No mires arriba'
Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence en un fotograma de 'No mires arriba'NetflixNetflix

Bernard Shaw dijo: «Mi forma de bromear esa decir la verdad. Es la broma más divertida del mundo». Y alguien nos avisó hace tiempo de que si queremos contar la verdad, es mejor que lo hagamos con humor, porque de lo contrario nos matarán. La película «No mires arriba» (Netflix) demuestra, otra vez, que aún no hemos alcanzado la inmunidad de rebaño, pero ya balamos en grupo. Es un grito risueño contra la mediocridad política, la burocracia y la idiotez generalizada. Contra lo que nos cuesta salir de la fe revelada desde arriba, del eslogan. Él, instalado en la euforia y en el libro de autoayuda, ha pasado sin periodo de pruebas del «Manual de resistencia» al «Manual del Éxito Glorioso». Acabará aconsejándonos que en 2022 corramos tras nuestros sueños: si no los alcanzas, al menos adelgazarás, dirá. Y, de paso, advertirnos que no miremos arriba, ni abajo ni a los lados, porque si miras te asustarás, y no estamos para más sustos.

Tampoco desea sustos Yolanda Díaz. Ya ha advertido que lo suyo «no es un proyecto político, es solo una conversación». Tras la visita al Vaticano, me imagino que será «Conversación en la catedral». Nada de plataforma o coalición, nada que inquiete al presi ni a Belarra: su movida con la Colau, Oltra y García se queda en una gira de las «Spice Girls». Evoluciona, parece, como señaló Agustín de Foxá: «Todas las revoluciones han tenido como lema una trilogía: libertad, igualdad y fraternidad en la Revolución Francesa; en mis años mozos me adherí a la trilogía falangista de patria, pan y justicia. Ahora, en mi madurez, proclamo otra: café, copa y puro». ¿Hace un cafelito en el Gijón, Yolanda?