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Bárbara Rey: "A Don Juan Carlos lo saludaría con respeto"

A un año de cumplir los 70, la actriz vive una segunda juventud. Prepara su vuelta al teatro, no tiene pareja y ejerce de orgullosa madre y abuela.

Foto: Gtres larazon

A un año de cumplir los 70, la actriz vive una segunda juventud. Prepara su vuelta al teatro, no tiene pareja y ejerce de orgullosa madre y abuela.

No prodiga sus salidas en la Prensa desde hace años, no asi en televisión. Está harta de que le sigan preguntando por la estrecha relación que mantuvo con Don Juan Carlos, aunque confiesa que «le saludaría con educación y respeto si nos encontráramos en la calle». Bárbara Rey es hoy una de las tertulianas más polémicas en el debate semanal de «Supervivientes», donde critica habitualmente la participación de Isabel Pantoja. Ha vuelto a su profesión de actriz como protagonista del cortometraje de un amigo de su tierra murciana, prepara su vuelta al teatro, no tiene pareja sentimental ni la quiere y se abre en canal cuando habla de la enfermedad de su hermano y sobre su papel de madre y abuela. A un año de cumplir los 70 vive una segunda juventud.

«En mi vuelta como intérprete encarno al personaje de la dueña de un pub en el que se desarrolla buena parte de la trama del corto. Y admito que me he sentido muy bien. Lo último que hice como actriz fueron varias obras con Juan José Alonso Millán, cuya muerte me ha afectado muchísimo, porque era un gran amigo y un profesional extraordinario. Siento hacia él un agradecimiento tremendo, porque fue el primero que se fijó en mí para el teatro. A su lado aprendí muchas cosas... Hacía cuatro años que no trabajaba como actriz y bastantes más que llevo alejada del cine».

–Pero esa ausencia profesional tiene motivos de peso.

–Sí, me fui tres años a Murcia para cuidar de mi hermano enfermo, que, gracias a Dios, ya está mejor. Anoche le saqué de la residencia en la que se encuentra ingresado para llevarle a cenar a su restaurante favorito. Lo pasamos tan bien que no quería volver al centro.

–¿Sus sobrinos no se preocupan por él?

–No, ni lo más mínimo. Solamente me tiene a mí y a mis hijos. Los suyos es como si no existieran. No sabemos ni dónde están. Mi hermano ha tenido problemas de salud, una enfermedad mental, y no pudo disfrutar de ellos como hubiera querido. Pero desaparecieron de su vida, fueron muy injustos.

–Qué diferente de la relación que usted tiene con sus dos hijos...

–Sí. Es posible que las madres nos equivoquemos en muchas cosas, pero yo mantengo una gran relación con mis hijos, porque para mí suponen lo mejor de este mundo. Soy una mujer muy familiar, puedo tener una imagen de frivolidad por mi físico, mis películas en la época del destape, pero mi familia siempre fue mi prioridad. He estado muy pendiente de mis padres, de mi hermano, de mis hijos, y ahora de mi nieta, que es preciosa.

–¿Se puede afirmar, a pesar de los pesares, que Ángel Cristo fue el hombre de su vida?

–Todos saben los problemas que tuvo Ángel con sus adicciones. Nuestra separación fue muy dura, pero nunca he dicho cosas desagradables sobre el padre de mis hijos. Es más, intenté ayudarle en todo lo posible para que se rehabilitara y, desgraciadamente, no fue posible. Terminamos muy mal porque con Ángel, en su estado, no se podía de otra manera. Me dolió muchísimo su muerte.

–También su hija Sofía sufrió, y le hizo sufrir, al caer en ese mundo de tinieblas.

–Sí, pero pudo salir adelante con mucha fuerza de voluntad y valentía. Ángel no tuvo la fortaleza suficiente para superarlo. Pero ella sí. Su padre poseía un carácter muy fuerte, con momentos violentos, pero mi hija es muy dulce. Me volqué en ella y la admiro profundamente. Hizo una rehabilitación durísima y ahora está extraordinariamente bien. Además, desde que dejó la clínica, ayuda a personas que tienen el mismo problema que ella superó... Estudia mucho sobre el tema para encarar las adicciones de la gente enganchada a las drogas con seguridad. Ahora mismo realiza un Master especializado en adicciones.

–¿Y su hijo Ángel?

–No le gusta ser personaje público, tiene su trabajo, su esposa y una hija guapísima. Quiere el anonimato y le respeto.

–¿Cómo es su nieta?

–La niña más maravillosa del universo. No se puede ser más guapa, tiene unas piernas tan bonitas como las mías, se parece mucho a su padre y a mí, y su madre también es muy guapa. Se me cae la baba como abuela.

–¿Tras divorciarse de su marido, volvió a encontrar eso que se llama «un gran amor»?

–No. Hubo una «tontería» con Fran Francés que salió muy mal, había mucha química entre los dos, pero nada más.

–¿Qué originó la ruptura?

–Nunca contaré los motivos, los guardo para mí.

–¿Ha habido otros hombres?

–Tuve una relación con una persona de mi tierra, iniciamos un noviazgo muy bonito, incluso pensamos que era algo para siempre, pero por falta de decisión suya al final no me quedó más remedio que distanciarme. Aquello no iba a ser nunca como nos lo habíamos planteado. Era mejor tomar caminos separados. Acabamos hace pocos meses. Ahora puedo decir que los grandes amores de mi vida son mis hijos y mi nieta.

–¿Posaría con la niña en un reportaje?

–No. Mi hijo y mi nuera quieren privacidad, y me parece muy respetable al cien por cien.

–¿Cuál es su secreto para parecer mucho más joven?

–Pienso que estar tranquila y sentirme en paz conmigo misma. Y saber que, al margen de algún error que he cometido, he procurado ir por la vida sin hacerle daño a nadie.

–Su vida no ha sido un camino de rosas...

–Eso es cierto, lo he pasado muy mal en el pasado, pero tengo la conciencia tan tranquila, me siento tan a gusto, soy tan feliz... Que no necesito nada más.

–¿Quizá ser tan pasional, el entregarse tanto a sus parejas, le pasó factura?

–Seguramente, con las parejas, si te entregas de verdad terminas siempre sufriendo. Y yo he sido una sufridora del amor. Totalmente. Pero sé lo que es estar enamorada, y eso no lo cambio por nada. Muchas se encaprichan de un hombre, pero desconocen lo que es el amor. Y el amor intenso es inexplicable, tienes que sentirlo para disfrutarlo, aunque al final te haga sufrir.

Bárbara, como recordarán nuestros lectores, fue una amiga muy especial del rey Don Juan Carlos, pero reconoce que «estoy harta de que me hagan preguntas “juancarlistas”, ya se encargan otros de decir disparates y barbaridades, y ya no entro para nada. Tengo varias demandas puestas en el juzgado»

–¿Si se cruzara con él por la calle le saludaría?

–Claro, siempre he sido una chica muy educada.

–En principio contaban con usted en la actual edición de «Supervivientes», pero las malas lenguas indican que Isabel Pantoja la vetó, porque no estaba dispuesta a compartir con usted
–Sí, iba a ir, pero no creo que Pantoja me haya vetado. Supongo que la productora tenía previsto un presupuesto y al contratar Tele 5 a Isabel para diversos proyectos, la cadena pensaría que era mejor que fuese ella y no yo. Y lo entiendo perfectamente, porque en estos momentos les interesa más que yo. Pero espero estar en la próxima edición. Ya me lo propusieron hace tiempo.

–¿Cree que Pantoja está haciendo un buen concurso?

–Ya he dicho que no me gusta su participación, porque considero que un concursante de un reallity tiene que hacer muchas más cosas que las que realiza ella. Sin embargo van pasando las semanas, sus intervenciones están consiguiendo unas audiencias increíbles, es generosa con sus sentimientos y sus temores, y me alegro de que sea así. Se está integrando más, aunque no hace esfuerzos y trabajos duros, al contrario que Chelo García Cortés, que es mayor que ella.

–¿Sus llantos son creíbles?

–No creo que esté fingiendo.

–¿Le da envidia que Isabel viva lo que no ha podido experimentar usted?

–No le tengo envidia, la menor envidia, ni odio ni manía, simplemente hubo algún roce en la época en la que ella salía con Julián Muñoz. Pero eso no viene a cuento ahora.

–¿Chelo no está siendo demasiado servil con la cantante?

–Bueno... no me gustaba que estuviera a su servicio. Allá ella si le gusta dejarse mandar...

–¿No piensa jubilarse?

–Pues no se me pasa por la cabeza, trabajar me rejuvenece, me gustaría volver al teatro, ya tengo dos ofertas para subirme a los escenarios... O a lo mejor produzco y protagonizo la obra «El hotelito», de Antonio Gala, que me encanta.

UNA ECONOMÍA NADA RUINOSA

Bárbara Rey desmiente que tenga puesto a la venta su amplio chalet madrileño por una razón bien clara: «Esa casa la vendí hace tiempo, no entiendo que digan que sigue siendo mía. Hablan por hablar. Y conservo mi chalet de Marbella».

Aclara igualmente que «no estoy arruinada. Ni le debo un euro a nadie ni tengo problemas con Hacienda. He puesto una demanda a una cadena televisiva por decir falsedades en este sentido. Ya estoy harta... Económica-mente estoy bien, no tengo problemas para los años que me queden por vivir. He tenido cabeza para asegurar mi vejez en el sentido financieros».

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