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Don Juan Carlos confirma a su biógrafa francesa que la relación con su hijo, Felipe VI, está rota

La revista Paris Match publica en exclusiva los extractos de un libro sobre el Rey Emérito, escrito por Laurence Debray: “Algunos están muy contentos de que me marchara. Desde aquí no molesto a la Corona”, explica

Don Juan Carlos I en una imagen de archivo
Don Juan Carlos I en una imagen de archivoJavier LizónEFE

Hace un año, Don Juan Carlos de Borbón, abrumado por el escándalo de las comisiones ilegales que habría cobrado por negocios internacionales, partía hacia un destino muy lejano, nada menos que Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos.

Allí ha decidido abrir la puerta a una vieja amiga francesa, la periodista Laurence Debray, su biógrafa desde hace muchos años, para contar sus impresiones y sentimientos por primera vez desde el exilio.

El relato completo será publicado el 6 de octubre por la editorial Stock en un libro titulado en francés como “Mon roi déchu” que podría traducirse como “Mi rey caído”, o venido a menos, derrotado, destituido, despojado y una larga lista de sinónimos que describen bien la situación del rey emérito de España.

Este jueves, la revista francesa Paris Match revela algunos extractos de esa conversación, donde Don Juan Carlos parece abrirse sinceramente a todas las preguntas de alguien que lo conoce bien y con quien se siente en confianza. El semanario describe cómo Laurence Debray mantuvo un contacto amistoso con el monarca a distancia, entre llamadas y mensajes, hasta que finalmente se dio la oportunidad de encontrarse cara a cara en Abu Dhabi.

Debray no esconde su fascinación por el personaje y dibuja dulcemente a Juan Carlos como un abuelo retirado en su casa de campo. Los detalles no faltan: “Camiseta, jeans, zapatillas… como un jubilado norteamericano. Un hombre que pasa el día leyendo los diarios españoles y hablando con sus abogados y con los pocos amigos que le quedan” cuenta Debray. Un matrimonio filipino se encarga de su comida y del aseo de la casa. Cuatro guardias españoles se encargan de su protección. Hace ejercicio todas las mañanas y extraña especialmente la comida española pero, al menos, un buen amigo le envía jamón de su terruño para aliviar la nostalgia. Una foto de Juan Carlos, llevando un pin de la bandera de España en la solapa, completa el lienzo.

“Pude haber ido a Portugal, pero me aconsejaron que debía tomar mucha más distancia. Desde aquí no molesto a la Corona. Algunos están muy contentos de que me haya marchado” asegura Juan Carlos I, con un cierto aire de pesadumbre que más tarde se confirma con otras confesiones familiares, como la llamada que nunca llegó de la parte de su hijo, Felipe, el día de su cumpleaños número 83 en el mes de enero.

Laurence Debray simpatiza: “Juan Carlos es un rey caído, pero sobre todo es un padre repudiado. Quizás su mayor fracaso esté ahí, en esta renegación. Héroe político, la cara y antihéroe patriarcal, la cruz. Un alejamiento de los suyos, el castigo para un antiguo soberano caído en desgracia”.

En medio de una casa que la periodista describe como “kitsch y fría”, Juan Carlos parece abrirse completamente a todos los temas. Bueno, quizás no a todos, porque la espinosa cuestión de las acusaciones de la Fiscalía del Tribunal Supremo de España por el supuesto cobro de comisiones ilegales sobre contratos internacionales, no se toca en lo absoluto.

Debray cuenta que el Rey Emérito se siente decepcionado porque mucha gente le ha dado la espalda y no reconoce su aporte a las instituciones españolas, a la democracia, a la libertad. “El Rey no suspira, no conoce la amargura, simplemente nota que su universo se ha encogido” relata la biógrafa.

¿Va a regresar Don Juan Carlos a España? Ganas no le faltan. De hecho, en un impulso de imaginación, asegura que “sólo tendría que cogerse un avión” y llegar a Madrid. Pero conoce bien las consecuencias que eso acarrearía y vuelve a la realidad: “No tengo idea de cuando volveré. No lo sé en lo absoluto”.

Le visita a menudo el presidente de los EAU, su amigo el emir Khalifa ben Zayed Al-Nahyane, y miembros de su extensa familia.

Según esta misma, la rutina del monarca se resume en madrugar, hacer ejercicio, leer los periódicos españoles y hacer llamadas a sus abogados y amigos. Debray recalca, además, que lo que más echa de menos de España es la comida aunque un buen amigo le hace llegar jamón serrano. Pero por el momento, no entra en sus planes regresar a nuestro país: Tras ser preguntado por los motivos de su partida a Abu Dabi, el Rey Emérito asegura que “afrontaba muchas presiones” y que él quería ir a Portugal, pero le indicaron que era demasiado cerca: “Desde aquí no molesto a la corona” y confiesa que “tengo buenos amigos aquí”.