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Así es la nueva novela de Alonso Guerrero, ex de la Reina Letizia, un thriller con una periodista en el centro de la trama

LA RAZÓN accede al nuevo libro del ex marido de la Reina Letizia, galardonado con el primer premio Internacional de Novela Jurídica

El escritor Alonso Guerrero durante la presentación de uno de sus libros.
El escritor Alonso Guerrero durante la presentación de uno de sus libros.GJBGTRES

Alonso Guerrero, ex marido de la Reina Letizia, se presentó hace unos meses a un concurso bajo el pseudónimo «El paseante del puente». Y en ese paseo literario en el que concursaban 37 autores, ganó el I Premio Internacional de Novela Jurídica, dando cuerpo así a su obra «Las mujeres felices son una quimera». La novela, compuesta de 18 capítulos, verá la luz el próximo 18 de noviembre y se publicará por Almuzara, la editorial del exministro de Aznar, Manuel Pimentel, tal como ocurrió con su anterior novela «El amor de Penny Robinson».

Este medio, que ya ha leído la nueva obra, descubre que Alonso Guerrero se mete de lleno en el flamante género de las «dark web», moviéndose a través de un agente de la policía jurídica, llamado Enrique Lahoz, algo atípico, que tendrá que resolver casos siniestros de un asesino en serie en Madrid. Un thriller desde el primer al último renglón, que aborda las peripecias de la investigación que va desarrollando el policía. Un investigador nada al uso, que casualmente se enamora de «una periodista más joven que él, de mentón decidido, pero sutilmente bello y delicado, guapa y de una boca grande donde podía alojarse la ironía».

Cesar Girón, letrado y miembro del jurado que aupó con el premio a Alonso, habla con LA RAZÓN y subraya: «Esta novela es muy buena. Escrita al más puro estilo de Raymond Chandler. El autor va construyendo una obra muy bien estructurada de tintes negros, en la que se amalgama con maestría una historia criminal bien tratada con un final previsible, pero sorprendente». Los miembros del jurado lo tuvieron muy difícil para elegir entre 29 finalistas, entre los que había fiscales y abogados con varios premios literarios en su haber: «Si tengo que ser sincero», relata Cesar Girón, «hemos tenido mucha suerte de que el ganador fuera el ex marido de la Reina Letizia. Sabemos que este hecho es garantía de una buena publicidad. Pero también debo decirte que ninguno teníamos ni idea de quién era Alonso Guerrero. Cuando nos metimos en Google y vimos que había estado casado con la Reina, fue una sorpresa agradable para nosotros».

Pero volvamos al libro, en el que se conjugan todo tipo de ingredientes básicos para que la novela tenga un éxito asegurado. La trama transcurre en Madrid en torno a zonas, como la del Retiro, el Barrio de Salamanca, el del Pilar o Chamartín.

El Internet más oscuro

Un asesino en serie va dejando los cadáveres en distintas zonas de la ciudad. Hay siete asesinatos y uno de ellos se produce en Alcalá de Henares, lugar donde estuvo dando clases Alonso Guerrero, hasta regresar ahora a su tierra natal, Badajoz, donde imparte actualmente sus clases de literatura en un instituto. En esta novela, el policía Lahoz tendrá que investigar la muerte de Doncel, un hombre de 38 años, que aparece colgado de un árbol, pero el forense dice que lo colgaron después de matarlo: una incisión en el parietal con un clavo de veinte centímetros. Lahoz llevaba veinte años en la Policía, pero no había pisado la comisaría en los últimos diez, y no llevaba uniforme desde hacía quince, cuando fue adscrito a la Policía Judicial. Trabajaba solo, y de paisano. El único contacto con los mandos lo tenía al principio y al final de los días laborables, para recibir órdenes y rendir cuentas, siempre por Skype.

Uno de los principales atractivos es cómo se mueve Alonso Guerrero en el mundo de Internet. El primer asesinado pertenece a un grupo de una web profunda «Morgenstern», una especie de foro donde todo el mundo comenta películas brutales y en el que Lahoz se mete tomando la identidad del muerto para investigar. Luego aparecen otros portales «Now.0» y «El carnicero», donde se puede comprar amor y en el que varias mujeres se ven implicadas. Mientras evolucionan los capítulos, van sucediéndose más crímenes de las mismas características que el primero. En el mundo virtual que se encuentra el autor dice que «la palabra amor es como la puerta de la habitación de Barbazul. Prometedora y, sin embargo, mortalmente azarosa». El romance entre el protagonista y una periodista da sorpresas al final de la obra. Cesar Girón nos habla de este personaje fetiche del libro que han premiado: «Es la típica mujer fatal, periodista, alocada, más joven que Lahoz, que acaba relacionándose amorosamente con él, con artimañas de engaño». Alonso describe así a la periodista: «Poseía un mentón decidido, pero sutilmente bello y delicado. Poseía, además, lo que más marca la belleza de una mujer en el mundo en que la belleza supuestamente significa algo: una boca grande que sabía expresar, con una simple sonrisa, ese apunte inacabado donde podía alojarse la ironía». El inspector le dice siempre a su amada que «el deseo es algo tan prescindible como una prótesis, aunque hay muchos que son incapaces de prescindir de ellas». También la espeta con este sortilegio: «Los periodistas confundís demasiado a menudo la actualidad con vuestra vanidad o vuestra soberbia. Los periodistas sois como los poetas: nunca decís nada que no pueda firmar otro. Más aún, os encanta que la verdad la gestionen los demás, así podéis contarla». Hacer comparaciones con la realidad es siempre una (burda) tentación.

Alonso y Lola: vuelta a la tierra, vuelta al amor

Un año después de que Alonso Guerrero escribiera «El amor de Penny Robinson», la novela sobre él mismo y la Reina Letizia, volvió a dar el «sí, quiero», vistiendo de blanco a su primera novia de la infancia María Dolores Corral, de 57 años. Acto seguido abandonó el Instituto Beatriz Galindo, en la madrileña calle de Goya, donde impartía Literatura y se trasladó a Badajoz, su tierra natal. Consiguió una plaza para dar clases en el instituto de la capital extremeña para así estar más cerca de su amada. Toda una declaración de intenciones de un hombre que, en cada momento de su vida, lo ha apostado todo a la carta del amor.

Durante la presentación de «El amor de Penny Robinson», ya desveló que estaba enamorado. Entonces, no apunto la identidad de la afortunada, a la que conocía desde que tenían 12 años y era compañera suya de pupitre en el colegio. Fue un amor adolescente, como el de Letizia con él cuando ella se enamoró en sus clases de literatura. Como muchos dicen en Badajoz, el amor de Lola y Alonso estaba destinado «para después, ya que tras salir unos años siendo jóvenes rompieron y cada uno siguió su camino».

Alonso y María Dolores se casaron en una boda civil íntima en marzo del 2019, un enlace muy parecido al que hizo con Doña Letizia. En aquel entonces fue su amigo Manuel Morán, quien en el Ayuntamiento de Almendralejo casó a la que hoy es la Reina de España con su profesor del Ramiro de Maeztu. Fue en 1998 y el matrimonio duró solo un año. Durante ese tiempo se les veía mucho por Extremadura, incluso en su día Manuel Morán comentó a la que escribe: «¡Lo que le gustaban a Letizia los biberones!» Todos los amigos pensaban que pronto Alonso Guerrero y su joven esposa, diez años menor, tendrían una familia. Pero nunca fue así y las hijas las tuvo con el Príncipe Felipe.

Amor del pasado

Ahora Alonso Guerrero, tras pedir su traslado de Madrid a Badajoz, para estar más cerca de su esposa vive «tranquilo y feliz». Atrás quedan los lamentos que narraba en su novela «El amor de Penny Robinson»: «Lo que al parecer me colocaba en la picota era un amor del pasado, con alguien que había empezado a interesar al mundo. Tu vida se llena de personas que se presentan con la excusa de conocerte, pero en realidad vienen a arrancarte en pedazos». Todo esto es agua pasada. Hoy vive feliz con María Dolores Corral, que es docente como él. Anteriormente, estuvo también casado y tuvo dos hijos. Ambos se compenetran a la perfección y los que le conocen dicen que jamás habían visto a Alonso, «tan sumamente a gusto como ahora». Entre la Reina Letizia y María Dolores, Guerrero tuvo una relación con la profesora de Matemáticas María Castro Morán, de 58 años. Con ella vivió en Guadalajara.

Guerrero siempre se ha mantenido firme en su decisión de no hablar sobre la Casa Real, algo que le llevó a rechazar varios cheques en blanco para no traicionar a la Reina. Alonso ha coincidido en varios actos literarios con los Reyes. En todos ellos Doña Letizia se ha acercado y se ha interesado sin esconderse de las cámaras por su vida en el instituto e incluso le ha preguntado por el edil de Almendralejo que ofició su boda. Una ciudad que visita con frecuencia con su nueva pareja.