Lujo

Mary Donaldson estrena tiara con diamantes reciclados

La reina de Dinamarca sorprendió ayer dándole una nueva vida a una de las joyas históricas del joyero real danés

Copenhagen (Denmark), 06/12/2024.- Denmark's Queen Mary attends a gala dinner for Egypt's president at Christiansborg Palace in Copenhagen, Denmark, 06 December 2024. The Egyptian president is on a state visit to Denmark from 06 until 07 December at the invitation of the Danish royal couple. (Dinamarca, Egipto, Copenhague) EFE/EPA/EMIL NICOLAI HELMS DENMARK OUT
Reina Mary de Dinamarca renueva sus joyasEMIL NICOLAI HELMSAgencia EFE

Con el acceso al trono de Federico X de Dinamarca este año, la reina María (nuestra querida Mary Donaldson) consiguió no solo acallar rumores y según algunas voces cobrarse su venganza, sino también tener acceso al joyero real. Se trata de una interesante colección de joyas que se divide en tres grupos: las que pertenecen a la Corona, las de fideicomiso de la familia real y las de propiedad privada. Entre las primeras, las más históricas y significativas de la casa (aunque no incluyen ahí la que heredó de su abuela el actual monarca, una de las piezas más importantes de las colecciones europeas que estuvo presenten en la mismísima coronación de Napoleón), cuatro juegos entre los que se encuentra el espectacular conjunto de esmeraldas y el set de diamantes, cuya historia se remonta a 1840 y que, a partir de ahora sumará a su leyenda a la reina Mary.

Retrato oficial de los reyes de Dinamarca, Federico y Mary
Retrato oficial de los reyes de Dinamarca, Federico y MaryInstagram

La sucesora de Margarita de Dinamarca no le va a la zaga a su suegra en lo que a afición al bling bling respecta. Tanto es así que, en un hecho relativamente extraordinario en las cabezas coronadas actuales, ha decidido darle una nueva vida al set de diamantes de la histórica casa, provenientes en su mayoría de tiempos de Christian VI y reformados por la reina Carolina Amalia en 1840. Al parecer, y según informan desde la casa real danesa, al contar ya con un riviérè en esas piedras (es decir, en uno de esos collares de grandes chatones que encontramos en todos los tronos de Europa) ha querido transformar la histórica pieza en una nueva diadema que es, además, muy similar a la que tiene Máxima de los Países Bajos.

Egyptian President Abdel Fattah al-Sisi visits Denmark
Egyptian President Abdel Fattah al-Sisi visits DenmarkMARTIN SYLVESTAgencia EFE

El joyero Matias Hasbo Dinesen ha sido el encargado de esta transformación que estrenó ayer la reina en la cena de gala que ofrecieron durante la visita de Estado que ha realizado estos días el presidente de la República de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi.Mary de Dinamarca, al parecer, ha tenido muy claro que no iba a llevar nunca el set como se concibió a mediadosdel siglo XIX, es decir, como un corsage y ha optado por una versión más cómoda.

Egyptian President Abdel Fattah al-Sisi visits Denmark
Egyptian President Abdel Fattah al-Sisi visits DenmarkMartin SylvestAgencia EFE

Lo cierto es que no es la primera vez que vemos estas adaptaciones dentro de las cabezas coronadas europeas. Es relativamente común darle nueva vida a piezas que no se usan o, incluso, conseguir reinventarlas para que cumplan otra función. Uno de los ejemplos más claros lo hemos visto también esta semana en Bélgica. Estos días, Bruselas ha recibido al sultán de Omán y se han lucido grandes galas para agasajar a la monarquía oriental, y eso que los belgas son los que más difícil lo tienen para epatar, ya que su joyero es bastante reducido. Tanto que Matilde de Bélgica tiene que jugar mucho con sus alhajas para variar algo su presencia en público. Esta semana, de hecho, la vimos en la cena de gala luciendo una discreta tiara que era, en origen, un brazalete que decidieron reconvertir.

Y no ha sido la única: en nuestro país, la infanta Margarita tuvo que volverse muy creativa en su día para conseguir una tiara para su familia. Lo hizo gracias a dos broches gemelos que provenían de la reina Victoria Eugenia y que unió para darle un aspecto de diadema a la que, con el tiempo y con el fin de enriquecerla, le añadió unas perlas en los años 80, que daba una sensación óptica de coronita, mucho más propio para una mujer habitual, en aquellos tiempos, en las cenas de Estado.