Opinión

Los sábados de Lomana: Lo que escandaliza es insultar a una mujer

Esta sociedad que parece haberle perdido el respeto a la vida, sin embargo, se siente ofendidita por el nombre de un pobre animalito listo y astuto

Carmen Lomana.
Carmen Lomana.Instagram

Algo muy malo ha debido de hacer la sociedad para vivir esta pesadilla de hijos que matan a sus padres, padres que matan y violan a sus hijos para grabar y vender esas imágenes a pervertidos viciosos pederastas. Es algo que a mí, personalmente, me tiene horrorizada. Ya tengo muchos años y no recuerdo tanta barbaridad, falta de respeto por la vida, ausencia total de ética y moral. No sé a qué achacarlo. ¿Las redes sociales? ¿Internet? ¿Qué está minando la moral y volviendo loco al personal? Todo ello se une al consumo de drogas que degenera en psicopatías y esquizofrenias. No quiero ser pesimista, pero esta sociedad o retoma los valores y la espiritualidad que diferencian a los seres humanos racionales de las bestias o estamos en el fin de la civilización. Solo quiero estar rodeada de personas buenas y cultas. La bondad parece algo devaluado y no hay nada que reconforte más que el abrazo de un amigo, el cariño y las personas que viven ayudando y dando su vida al servicio de los demás.

Ayer estuve en La Fundación Rementeria, una familia y equipo de médicos dedicados a iluminar la vida de los que han perdido la vista. Nos mostraron su maravillosa labor por países de pobreza extrema, donde se trasladan una semana con todo un equipo para operar los ojos a personas que habían perdido totalmente la visión con lo que eso conlleva por no poder trabajar y convertirse en una carga para la familia y sociedad unido a su pobreza endémica. La enorme felicidad cuando vuelven a ver colores y personas es inconmensurable.

Esta semana y la pasada hemos vivido también la confrontación de opiniones, primero con el ya famoso Cristo del cartel de la Semana Santa de Sevilla y la repercusión bastante irreverente por parte de algunos tildándolo de gay. Una vergüenza en mi opinión.

Podemos seguir con este fundamentalismo que nos invade con la canción «Zorra» que nos representará en el Festival de Eurovision. La que se ha montado no es normal. Yo no opino de la calidad de voz, musicalidad o vestuario, que me recuerda a los estilismo ochenteros de Tino Casal, pero en versión cutre. Eso se soluciona rápido en TVE para presentarlos el día del festival como pimpollos.

Actuación de Nebulossa en la Gala Drag del Carnaval de Arrecife (Lanzarote)
Actuación de Nebulossa en la Gala Drag del Carnaval de Arrecife (Lanzarote)Adriel PerdomoAgencia EFE

Lo que me parece de un puritanismo absurdo es que algunos no soportan la palabra «zorra», cuando parece formar parte de la cultura popular a juzgar por la cantidad de veces que se emplea peyorativamente para insultar y despreciar a las mujeres si se saltan lo que algunos consideran lo establecido. La letra denuncia precisamente ese uso indiscriminado del término. Ayer sin ir más lejos, detuvieron a un diputado del PSOE de Castilla y León que aporreaba la puerta de la casa de su mujer gritándole «abre la puerta, zorra». La gente debería criticar a los que utilizan esa palabra para insultar, no a los que denuncian esa forma de humillar a las mujeres.

En 1983, Las Vulpes, un grupo punky, sacaron una canción que se llamaba «Quiero ser una zorra» y parece ser que éramos más modernos y permisivos. En 1967, Jimmy Hendrix sacó la maravillosa canción «Foxy Lady» y no hubo ningún escándalo. Esta sociedad que parece haberle perdido el respeto a la vida, sin embargo, se siente ofendidita por el nombre de un pobre animalito listo y astuto, que una sociedad irrespetuosa utiliza su nombre para humillar a las mujeres cuando son libres y viven su vida alegremente sin ser unas sumisas. Escuchen la letra de la canción, por favor, que además provoca ganas de bailar y alegría al escucharla. Ojalá quede en un buen puesto en Eurovision.