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Daniel Portero: «Impartir justicia es utilizar el sentido común»

Presidente de Dignidad y Justicia. Combate, junto a sus hermanos, en 275 páginas el vacío legal que existe sobre el delito de enaltecimiento

Daniel Portero
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Luchador, directo, valiente... Le planta cara al terrorismo, a la mentira enmascarada, al «fallo» judicial, a las lagunas legales y a los puntos suspensivos que se archivan en los juzgados. Hijo del fiscal jefe de Andalucía Luis Portero, asesinado por ETA en 2000, cree que se debe acabar con el enaltecimiento. Habla del libro que sus hermanos han publicado, «Estudio Jurídico de los delitos tipificados en el artículo 578 del Código Penal», de la editorial Dilex, en el que insta a la Fiscalía General a que reparta una circular para que las personas jurídicas sean responsables de este delito. Vive de ser ingeniero, es lo que le gusta, y dice que su otra faceta le complementa.

–Ingeniero de caminos de profesión...¿ha diseñado su propio camino o se lo han marcado otros?

–He procurado siempre diseñar yo mismo mi propio camino, el de mi familia, aunque las circunstancias a veces te hacen que te salgas de ese trayecto y tengas que volver.

–¿Nunca le tentó el mundo de las leyes?

–Siempre quise hacer algo con la construcción y la obra civil, aportar un granito de arena en ese campo, creo que no se me da mal mi trabajo.

–¿Qué quiere construir ahora?

–Mi construcción fundamental es mi familia: mi mujer, mis dos hijos y el que viene en camino. Ésa es mi principal obra hasta el final de mis días.

–¿Qué le enseñó su padre?

–Templanza, a saber escuchar, a saber hablar pensando antes las cosas y una visión del amor que hay que tener a las personas que te rodean y no sólo a éstas.

–¿Y si el día de mañana uno de sus hijos le dice que quiere ser juez?

–Encantado de que alguno siguiera la senda de mi padre. Sería para mí un honor y estaría muy orgulloso.

–¿Qué le aconsejaría ?

–Le diría que impartir justicia es utilizar el sentido común. Quien no lo tenga, que los hay, nunca hará bien su trabajo.

–¿Sigue a Otegi en Twitter?

–No.

–¿Por qué ahora surge la necesidad de escribir un libro sobre enaltecimiento?

–Porque falta sentido común en la aplicación del artículo 578 del CP. Hemos querido aunar todo lo que es la jurisprudencia del Supremo, lo que nos ha llevado a concluir que ese artículo necesita una modificación urgente por parte del Ministerio de Justicia para separar lo que es la humillación de las víctimas y el enaltecimiento, cada uno por su lado.

–¿Dónde se encuentra la línea entre la libertad de expresión y el delito de enaltecimiento?

–El momento en el que invades la libertad y dignidad de otra persona has cruzado el límite. Hay enaltecimiento del terrorismo cuando uno irrumpe en la dignidad de otra persona, en este caso, en la de una víctima. Ahí entra el delito.

–¿Han obtenido respuesta por parte de instituciones jurídicas?

–Hemos recibido cartas de agradecimiento por ser un compendio que aglutina toda la jurisprudencia. Desgraciadamente, muchos de esos delitos acaban archivados, sobreseídos... Precisamente porque ese protocolo de recogida de pruebas no está bien establecido.

–¿El «dolo» es un problema para los magistrados?

–Si no hay dolo, no hay delito de enaltecimiento del terrorismo. ¿Cómo lo demuestras? Es muy subjetivo porque el magistrado tiene que interpretar que la acción del delito se hace con intencionalidad de enaltecer o ensalzar la figura de ETA o de sus miembros. Influye mucho la declaración de la propia víctima, cuando se ve afectada, o la declaración del sujeto acusado. Hoy día, cualquier excusa es buena si en el material de ensalzamiento pones «herrira» (casa) porque, como estás pidiendo el acercamiento de los presos, ya sabes que el TS lo absuelve, pues se considera libertad de expresión. La causa que llevamos en la Audiencia Nacional de la txozna de Txori Barrote se repite todos los años desde 2007. Hacen homenaje a los presos de ETA. Palabras como herrira, Euskal Herrira o Euskal presoak hacen que el hecho no sea delito. Denunciamos este suceso a la Audiencia Nacional porque lo consideramos una humillación a las víctimas. No puede ser que se aprovechen de las sentencias para enaltecer el terrorismo «ad hoc». De esa forma se favorece la impunidad.

–¿Cómo regular el enaltecimiento en las redes sociales e internet?

–A mí me llegan amenazas por Twitter. Existe un grado de impunidad en las redes sociales que el Código Penal debe corregir y modificar. La Fiscalía General tiene que elaborar una circular en donde se recojan este tipo de situaciones. Aún no conozco una condena por enaltecimiento a una asociación. Un caso es el de «Kaskagorri», la dueña es una asociación cultural que está en Bilbao que es la que fomenta el enaltecimiento. Por el CP actual es imposible condenar a los responsables porque no existe una circular de la Fiscalía en la que se diga que también se puede penar a los responsables jurídicos. Necesitamos que ese artículo 578 del libro sufra una serie de modificaciones que se adapten a la forma de cometer el delito que tienen en ETA y su entorno.

–Le veo muy combativo, dígame ¿cómo se entrena? ¿Practica boxeo?

–Me gustaría ir más al gimnasio pero no tiene nada que ver. Es entrenamiento mental, y la dignidad de las víctimas del terrorismo y la lucha contra la impunidad debe ser un valor fundamental de cualquier asociación de víctimas del terrorismo. En eso es en lo que estamos centrados. Ése es el entrenamiento, el tener claro los principios básicos que deben regir a las víctimas del terrorismo.

–¿Se identifica con el papel de justiciero?

–Lo que intentamos es complementar la labor del ministerio fiscal cuando éste no es capaz por falta de medios de llegar a todos los delitos.

–¿A qué dedica el tiempo libre?

–A mi familia, a leer lo que puedo y a veces a hacer deporte. Y me encanta la playa...

– ¿Se ha dejado barba para emular a Rajoy?

– No, no, no. Porque mi mujer me ha dicho que me queda muy bien.