Primeras fotografías del padre de Ana Obregón tras su preocupante ingreso hospitalario

“Después de muchos días luchando en el hospital como un campeón ya estás en casita. Gracias Papá por regalarnos más tiempo. Da igual que sean días, meses, años... intentaré que volvamos a sonreír, y sobre todo a decirte muchas veces que te quiero para que nunca se te olvide”, publicaba una emocionada Ana Obregón en sus redes sociales el pasado sábado, anunciando la mejor de las noticias; su padre había recibido el alta y, después de días de angustia, preocupación y dolor, se encontraba por fin recuperándose en su domicilio.

Fue la semana pasada cuando descubrimos que Antonio García, de 95 años, había sido ingresado de urgencia en un hospital madrileño a causa de una infección y de la colocación de un marcapasos. Un durísimo golpe para la bióloga en el momento más complicado de su vida tras el fallecimiento de su hijo Aless Lequio en mayo de 2020, y de su madre, Ana García Navarro, justo un año después.

Destrozada, Ana Obregón rompía su silencio y publicaba una emotiva carta a su padre en su cuenta de Instagram, pidiéndole que luchase porque, siendo “egoísta”, admitía que no se veía capaz de aguantar tanto dolor. “Necesito más tiempo contigo. Entiendo que quieras reunirte con mamá pero por favor, quiero volver a sonreír contigo... un poco más...” confesaba la actriz.

Afortunadamente, todo ha quedado en un gran susto y Antonio García recibía el pasado viernes el alta hospitalariaarropado por Ana, Celia y Juancho Obregón, inseparables de su padre en estos complicados momentos. Visiblemente recuperado, el empresario abandonaba la clínica en un taxi y acompañado por sus hijos, poniendo rumbo a su domicilio en el centro de Madrid, donde ya se recupera rodeado de toda su familia.

Vestida completamente de blanco, y con la preocupación escrita en su rostro, Ana se dejaba ver a las puertas del hospital muy pendiente del traslado de su padre, de quien no se ha separado ni un momento en los últimos días. A su lado, sus hermanos Celia y Juancho, demostrando una vez más que la familia es una auténtica piña.