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Laura Escanes, adiós al cuore por amor

Su relación sigue el mismo patrón que la de Ana Guerra y Miguel Ángel Muñoz

Fue durante el pasado mes de noviembre cuando el nombre de Álvaro de Luna saltaba a la luz pública como el nuevo compañero de vida de Laura Escanes. Después de una dolorosa y mediática ruptura con Risto Mejide, la influencer terminó por confirmar su nueva relación, y aunque prudente y sin querer ponerle nombre, dejó de esconder su amor con el cantante en sus redes sociales.

Escanes ya confesó en un primer momento a LA RAZÓN que prefería no dar declaraciones sobre todo este asunto al «no encontrarse preparada». Con el paso de las semanas se ha ido reflejando una evolución en su actitud pública con respecto a su actual pareja, aunque sigue manteniendo que «no quiere decir nada al respecto». Una decisión en la que tiene que ver el propio Álvaro, ya que este «rechaza» todo lo que tenga que ver con la prensa del corazón con el fin de que su faceta musical no quede relegada a un segundo plano.

Álvaro de Luna y Laura Escanes
Álvaro de Luna y Laura EscanesLaura EscanesInstagram

Desde el primer photocall al que el artista acudió tras confirmarse su relación, evento en el que este medio estuvo presente, De Luna se mostró de lo más distante con según qué tipo de prensa, y su representante era, literalmente, el encargado de decir en voz alta: «Con este sí, y con este no, pasamos». Una actitud que fue de lo más criticada por todos los que se encontraban allí. Para él la prensa del corazón, que tanto ha dado de comer a su actual pareja, está vetada. Es por eso que muchos asocian el silencio de Laura más a los deseos de Álvaro que a los suyos propios. Un caso similar con el que comparar es el de Ana Guerra y Miguel Ángel Muñoz. Durante esos dos años de relación, Ana se mostró de lo más distante con la prensa rosa que quería conocer algunos detalles de su día a día junto al actor, todo ello por decisión de él, al no gustarle en absoluto que se hable sobre sus relaciones sentimentales. Sin embargo, en la actualidad la imagen pública de Ana Guerra en este aspecto es totalmente distinta, y, por qué no, muy mejorada.

Volviendo a Laura Escanes y a Álvaro de Luna, e independientemente de lo poco o mucho que decidan contar, dicen que una imagen vale más que mil palabras, y en su caso parece que el amor les sonríe como si de dos adolescentes se tratase. Tanto es así que han puesto tierra de por medio, abandonando el ruido mediático de nuestro país, viajando hasta las Islas Maldivas para vivir una anticipada «luna de miel», en la que las playas paradisíacas de arena fina, el mar turquesa, los baños con tortugas gigantes y la experiencia de poder contemplar tiburones de cerca, representa un gran avance en esta aventura emocional que ni ella misma se esperaba vivir.