Entrevista

Javier Rigau, “viudo” de Gina Lollobrigida: “Nos casamos con separación de bienes y su testamento no me afecta”

“Me siento mal, porque se han removido muchos recuerdos. Pero doy gracias por haberme podido despedir de ella...”, lamenta en LA RAZÓN

Gina Lollobrigida y Javier Rigau, en 2006 en la gala de la Cruz Roja en Mónaco
Gina Lollobrigida y Javier Rigau, en 2006 en la gala de la Cruz Roja en Mónacolarazon

El pasado martes se abría el testamento de la recientemente fallecida Gina Lollobrigida, y la icónica actriz disponía que la mitad de su legado vaya para su hijo, Andrea Milko Skofic, y la otra mitad para su asistente personal, Andrea Piazzola. Dos partes enfrentadas en los tribunales desde hace años.

En contra de lo que se había especulado, su viudo, el español Javier Rigau, no recibirá ni un euro, ya que, según nos explica, “nos casamos bajo el régimen de separación de bienes. A mí, patrimonialmente, este testamento no me afecta”.

En el documento en cuestión se refleja que hay que repartir una villa en la exclusiva Vía Appia de la capital italiana, algunas joyas, obras de arte, muebles muy caros… También aparece una colección de cien ánforas etruscas que han sido donadas al Estado transalpino.

El testamento data del cinco de enero del 2005, y una de las cláusulas concede la colección de obras de arte, incluidos los cuadros pintados por la misma actriz, a Piazzola y al empresario Horacio Pagani, amigo de Gina, “para que den a conocer su actividad artística”.

El último adiós a la célebre actriz
El último adiós a la célebre actrizMASSIMO PERCOSSIAgencia EFE

La diva murió el 16 de enero a los noventa y cinco años de edad, y el empresario español estuvo viéndola en los días anteriores al adiós en el hospital de Roma en el que se encontraba ingresada: “Me llamó su hijo para decirme que habían ingresado a su madre, cuando entré en su habitación, el viernes 16, me recibió con una sonrisa y un guiño y me alargó la mano para que se la cogiera. Volví el domingo y ya se encontraba muy mal. El día siguiente, al regresar al hospital, ya hacía una hora que había fallecido. En ese momento, tan solo estaban en la habitación su hijo Milko y Patricia Quintín, la hija de la gobernante que trabajó para Gina desde 1956 hasta su muerte en el 2005″.

-En el funeral le vimos muy afectado…

Ha sido una cosa muy triste, porque una muerte siempre es triste. Me siento mal, porque se han removido muchos recuerdos. Pero doy gracias por haberme podido despedir de ella... A su hijo y a mi nos quitaron a Gina hace diez años, y no hemos parado de pleitear para que la relación se normalizara. Desgraciadamente, la Justicia es muy lenta. Gina estaba con la cabeza ida, incapacitada judicialmente para protegerla.

-En el 2016, Milko, su hijo Dimitri y usted pusieron una querella conjunta contra Piazzola. ¿En qué estado se encuentra ese proceso?

Ya está en su última etapa. En ese juicio se demostrará que el asistente se acercó a Gina para lograr un abuso mental de persona incapaz.

Funeral de Gina Lollobrigida
Funeral de Gina LollobrigidaAlessandra TarantinoAgencia AP

Rigau manifiesta que “no puedo hablar mucho de este proceso por consejo de mis abogados”, pero ha dejado muy claro que “Gina era una mujer frágil, de edad avanzada, y su asistente le comió la cabeza, la aisló de su entorno con mentiras, y cuando ya se encontraba muy débil llegó la depredación”.

Se refiere a la creencia de que Piazzola vendió varias propiedades de Lollobrigida, un apartamento en Montecarlo y tres en Roma, por los que podría haber conseguido doce millones de euros. Se ha llegado a publicar que ese dinero no aparece por ninguna parte. Y nuestro interlocutor añade que “también desapareció lo conseguido con la subasta de sus joyas en 2013. Una investigación policial desveló que el dinero fue ingresado en una cuenta monegasca, y se transfirió a otra de las Islas Caimán”.

Gina y Javier contrajeron matrimonio en secreto en el año 2010, lo hicieron por poderes en Barcelona, y la artista llegó a confesar que “con Javier he descubierto lo que es el verdadero amor, porque mis anteriores experiencias no fueron buenas. Nos casamos por la Iglesia en régimen de separación de bienes…”. Pero aquella unión no funcionó y en febrero del 2019 el Tribunal de la Rota romano, explica Rigau, “concedió una dispensa, que equivale al divorcio canónigo, pero el matrimonio civil sigue intacto. Por tanto, soy el viudo de Gina”.