Tragedia
Una belleza que fue de la gloria a la tristeza
Marta Chávarri estaba recuperándose de una temporada depresiva
La noticia del fallecimiento de Marta Chávarri, madre de Álvaro Falcó, primo de la novia del año, Tamara de Falcó, ha sido un auténtico jarro de agua fría. Marta, de 62 años, acababa de ser abuela el pasado 11 de junio, una niña a la que habían puesto el nombre de Philippa, el nombre del abuelo materno, el conocido galán Philippe Junot. En la boda de su hijo Álvaro con la socialité y «coach» de nutrición, la simpatiquísima Isabelle Junot, se llegó a bromear con el «affaire» que tuvieron la madre del novio con el padre de la novia hace muchos años.
Martaha sido para muchos, la primera «it girl» española, cuando todavía no se conocía este término y la era digital estaba lejos de haberse inventado siquiera. Fue en el año 1982, cuando Marta entró a formar parte de las crónicas de sociedad, ya que se casó con un marqués, el de Cubas, hermano del de Griñón, los dos tristemente fallecidos por Covid.
Nunca comentó nada sobre el fallecimiento de su exmarido, cierto es que no quedaron en buenos términos, porque la infidelidad de ella fue muy sonada, y al marqués le hizo mucho daño. Marta lo tuvo absolutamente todo: fama, dinero, amor, portadas de revistas..., pero ya hace algunos años que desapareció de la noche a la mañana de la vida pública para asombro de muchos, incluidos sus propios amigos. Pero recuerden el escarnio público que tuvo que soportar, cuando un 14 de febrero de 1989 la revista «Interviú» publicó unas fotos de ella sin ropa interior. Hasta el «Daily Mail» la apodó «la marquesa sin bragas». Algo difícil de superar.
Esas fotos la sumieron en una profunda depresión, de la que nunca se pudo recuperar; un divorcio, un escándalo financiero mayúsculo y una nueva boda con uno de los famosos Albertos, ex de Alicia Koplowitz, con el que duró cuatro años; y una dependencia a los antidepresivos para poder sobrellevar su enfermedad. Esa dependencia hizo que tuviera que acudir en muchas ocasiones a terapia, a centros de desintoxicación, y se rumoreaba, que fue la causa del aturdimiento que tenía cuando sufrió una caída en su casa, que le desfiguró el rostro y le provocó una parálisis cerebral. Le afectó a la mandíbula, tuvo que someterse a varias operaciones y la medicación hizo que se hinchara y sufriera un complejo tal que no era capaz de salir de casa. Ella, que siempre había sido la más guapa de su círculo, no aguantaba verse así. Sus propios amigos intentaron sin éxito ayudarla, y ella se refugió en su familia. Últimamente acudía a hacer pilates en un centro de Chamberí, junto a una amiga que la ayudaba mucho, ya que tenía muchos miedos... sobre todo a la soledad. Ahora ya podrá por fin descansar tranquila, aunque deja sumido en un profundo dolor a su único hijo, Álvaro, y a todos los que tanto la querían.
La familia rota por el dolor
Álvaro Falcó no podía evitar la emocióna su llegada al tanatorio de Tres Cantos al ser preguntado ayer. No dudó en afirmar, junto a una inseparable Isabelle Junot, que se sentía «fatal. Nos ha pillado de sorpresa, así que imaginaros cómo estamos». Muy afectada estaban también sus dos hermanas, María e Isabel. En especial, esta última para quien Marta se había convertido en un gran apoyo en su día a día.
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