Entrevista
Ciro Miró: «Entre pinceles y personajes: así construyo mi mundo»
Hermano de Kira Miró y nieto de paisajista, este artista canario habla de sus raíces y de cómo las emociones le guían
Desde muy joven, el arte fue parte de su ADN. Nieto de un reconocido paisajista y criado entre pinceles, este actor y pintor canario ha encontrado en la creación –ya sea frente a un lienzo o ante una cámara– una forma de estar en el mundo. Su carrera, que combina interpretación, pintura, deporte y una conexión profunda con sus raíces, refleja una sensibilidad poco común. En esta conversación, habla con naturalidad de su proceso creativo, de su amor por Canarias, de la importancia de su familia y de cómo la emoción guía cada paso de su trabajo artístico.
¿Cómo nace su interés por la pintura?
Mi interés por la pintura nace de forma muy natural, casi genética. Mi abuelo era un paisajista maravilloso. Le encantaba pintar in situ, capturar la esencia del momento. Mi madre me tuvo joven, y yo pasaba mucho tiempo con él. Crecí literalmente mamando ese mundo. Lo viví desde la cuna.
¿Cómo es su proceso creativo?
Intento dejarme impresionar. A veces, en medio de un paisaje, algo me sacude, me emociona, y entonces necesito pintarlo. Pero no busco ser fiel a lo que veo. Lo que hago es contaminarlo con lo que siento. Es una interpretación emocional, no una reproducción.
Su obra tiene una conexión fuerte con su tierra. ¿Qué significa Canarias para usted?
Canarias lo es todo. Es donde aterricé en este planeta, donde me crié. La luz de las islas es única, y solo la valoré realmente cuando viví fuera. Siento un orgullo profundo por mi tierra.
Además de pintor, es actor. ¿Cómo conviven estas dos formas de expresión?
Muy de la mano. Son procesos creativos paralelos. Pintar un cuadro y construir un personaje tienen algo místico, espiritual, que me alucina. Entre pinceles y personajes, así construyo mi mundo.
Uno de sus cuadros cuelga en casa de su hermana, Kira
Con el cuadro que tiene Kira me pasó algo muy bonito: lo redescubrí. Sentí orgullo, satisfacción, pensé: «Qué bien me quedó». Hay otras obras que no me convencen del todo, que siento inacabadas. Pero a veces alguien conecta con un cuadro que yo no daba por cerrado, y lo aman tal como está.
Ha sido actor, DJ, camarero… incluso profesor de esgrima. ¿Qué le han enseñado todos estos oficios?
Cada trabajo ha sido una escuela. Dos carreras inestables como la pintura y la interpretación te llevan a hacer de todo. Y en cada cosa que he hecho, he encontrado lecciones, me han enriquecido.
En su carrera como actor, ¿hubo algún papel que marcara un antes y un después?
Sí. Sin duda fue en «Hierro», segunda temporada. Interpreté a un cabrero, un personaje muy conectado con la tierra. Coincidió con la pandemia, y me sumergí en la vida del pastor, del ermitaño. Hizo clic algo dentro de mí, cambió mi manera de actuar. Desde entonces, no interpreto igual.
Su abuelo, Baudilio Miró Mainou, fue un referente importante. ¿Qué aprendió de él?
Muchísimo. Su serenidad ante la vida y su hipersensibilidad artística. Tenía realmente un don para ver temas pictóricos donde nadie más los veía. Él podía pintar una piedra y convertirla en algo extraordinario.
Su hermana Kira brilla en cine y televisión, su cuñado Salva Reina, también, y Sarah sorprendió en «La Voz». ¿Cómo viven el arte en casa?
Con mucha celebración, cada día. Mi madre también forma parte del mundo del cine como directora de producción. No venimos de una familia con tradición artística, pero cada uno ha hecho su camino en este campo.
¿Sienten que el arte es una forma de comunicación entre ustedes?
Totalmente. Está en todo. En la forma en que hablamos, en cómo nos acompañamos. Incluso cuando no hablamos de arte, está ahí.
¿Qué significa el éxito?
Hay un tipo de éxito que es solo la capacidad de ver cuánto dinero pueden sacar de ti. Pero el éxito real, el que importa, es disfrutar de lo que haces, sentirte pleno aunque no tengas todo lo material.
¿Cuál ha sido el mayor reto que ha enfrentado como artista?
Los más duros han sido conmigo mismo. Atreverme a evolucionar, a salir de lo que ya sé hacer.
Le gustaría interpretar personajes reales. ¿A quién le gustaría dar vida?
A Don Quijote. Alguien delirante, apasionado, que vive en su mundo sin saber que existe otro. Ese tipo de locura me fascina.