Opinión
El diario de Amilibia: ¿Boicotea Bildu la boda de Tamara?
«Lenguas perversas comentan que en la cancelación posiblemente hayan existido presiones de Otegi a las citadas diseñadoras bilbaínas»
Lo de Tamara Falcó, la Tami de su mami, mi marquesa favorita, me empieza a preocupar. Si a Él le ha mirado un tuerto enviándole todas las plagas de Egipto, como creen en el propio PSOE, a Tamara parece que le esté rondando una legión de gafes. Primero, casi se queda sin novio; después, se cae en «El hormiguero» y se hace un esguince que no ha podido sanar ni la Virgen de Fátima; ahora, se ha quedado sin el vestido de novia que le estaba haciendo en Bilbao la firma «Sophie et Voilá»: las diseñadoras vascas la acusan veladamente de exigirles un plagio, o sea, de pretender que el vestido se parezca demasiado a uno ideal de toda la vida que ella tenía in mente y que es de otra firma. Desgracias suficientes como para desanimar incluso a una marquesa devota de la Virgen de la Alegría y quizá transformarla en una novia a la fuga.
Pero ella resiste con el campechano humor que la caracteriza: «Me han dejado compuesta y sin vestido», confiesa. Lenguas perversas comentan que en la cancelación posiblemente hayan existido presiones de Otegi a las citadas diseñadoras bilbaínas para que desistieran de confeccionar el traje de novia de una marquesa a la que la izquierda abertzale considera capitalista, fascista, homófoba y española. Para Bildu, un colaboracionismo miserable e impropio de patriotas vascas que condenaría hasta la Virgen de Begoña. Yo me inclino más bien por la gafancia. Hay varios amuletos protectores que ella misma podría diseñar como joyas en una nueva línea de negocio: la herradura invertida, la mano de Fátima, el elefante de trompa levantada, el trébol de cuatro hojas y la higa.
Para identificar a los cenizos, Núñez Feijóo puede aconsejarle la meiga más eficiente.
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