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Opinión

El diario de Amilibia: Operación Óscar Puente

"Como dijo Óscar, a él le atacan por feo y su jefe por guapo"

Oscar Puente Alberto R. RoldánLa Razón

Leo: «La doble maldición del ganadero Óscar Puente. Dice a los pies de La Culebra: ‘‘Creamos futuro y nos abrasan’’». Me imagino que la primera maldición que afecta al ganadero es la quema de sus pastos, y la otra, llamarse como el ministro de Transportes, el más maldecido de los miembros del Gobierno en estaciones y trenes, quizá solo superado por el Apolo de la Moncloa cuando se decide a visitar blindado los lugares abrasados por el fuego para que las chispas que salten de los afectados no le alcancen el culo. Como dijo Óscar, a él le atacan por feo y su jefe por guapo. Pero el ministro podría mejorar. La periodista Marta Boira escribe: «Su rostro, que recuerda al hombre del Paleolítico, podría beneficiarse de algún retoque. Según María Herrero, cirujana maxilofacial, Óscar podría esculpir su mentón y darle así armonía a su rostro». Quería, dicen, hacer un crowdfunding entre sus fans sanchistas para recaudar los 8.000 euros de la operación, pero se lo han desaconsejado: ellas lo prefieren así, paleolítico.

El ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente a su llegada al pleno del CongresoZIPI ARAGONAgencia EFE

Consejo de Mariló Montero a las mujeres maduras para evitar la invisibilidad a los ojos de los hombres y de toda la LGTBIQ+: «Que se alaben, que estudien su cuerpo y lo observen con orgullo. Que lo cuiden, lo hidraten y lo vistan con elegancia. Y que, después de todo eso, se digan mirando fijamente al espejo: ¡me quiero!» No sé lo que opinará Boira, pero creo que Mariló se ha inspirado en el Apolo de la Moncloa, que lleva practicando todo eso y algo más muchísimo tiempo. Ahora, con tanta presión encima, está pensando en raparse como Carlos Alcaraz, a ver si refresca sus ideas. La Bego también le da vueltas a su «look» capilar, pero le resulta difícil cambiar de Peinado. Y Óscar se dejará más barba: intenta así dulcificar su cara paleolítica, o sea, dura.