Duro testimonio

El hermano de Rafael Amargo se sincera abatido: “No hemos ido a verle a la cárcel”

Miguel ha querido mostrar el dolor de la familia por evitar que el bailaor termine entre rejas y salga del mundo de las drogas. Se siente mal, pero ha hecho lo que ha podido

Miguel, hermano de Rafael Amargo
Miguel, hermano de Rafael Amargo Y ahora Sonsoles

Hace dos semanas que Rafael Amargo se ha convertido en un preso más en la cárcel de Soto del Real, donde cumple condena provisional ante el elevado “riesgo de fuga”. El hecho de que se haya ausentado a sus citas judiciales para dar fe de que está en territorio español a la espera de que se celebre el juicio, ha determinado el miedo de las autoridades a que salga sin previo aviso del país y no haga frente a las acusaciones frente a un juez. Esto, como cabría esperar, ha supuesto una agonía no solo para el bailaor, sino también especialmente para sus seres queridos, que habían confiado en que él sería capaz de eludir este ingreso penitenciario, como así se lo había prometido en incansables ocasiones. Ahora, su hermano rompe su silencio.

Rafael Amargo en la Audiencia Provincial
Rafael Amargo en la Audiencia Provincial Gtres

Miguel Amargo ha querido arrojar algo de luz a la incertidumbre reinante sobre la situación del bailaor. Trabaja como cámara para el programa de ‘Y ahora Sonsoles’, lo que le acerca al foco de la noticia y le facilita haberse sincerado, ejerciendo como improvisado portavoz de la familia. Así, ha reconocido que “no hemos ido a verle en prisión, no tenemos fuerzas”. Unas duras palabras que dejan entrever lo duro que ha sido para todos sus seres queridos ver entre rejas al artista. Personalmente, Miguel reconoce que “me siento impotente, porque me gustaría hacer algo más, pero no puedo, no depende de nosotros. Todavía no lo hemos visto, mis padres son octogenarios y no quieren verlo allí, no quieren verlo en esas condiciones”.

Pero las confesiones del hermano de Rafael Amargo no se han quedado aquí, pues no solo subraya el dolor actual por su ingreso en prisión. También habla de los años que llevan arrastrando dificultades por las adicciones del bailaor: “Rafael no es mala persona, tiene sus altos y sus bajos, pero tiene un gran corazón. Ha ido decayendo, entrando en caminos que no debía y ahí está. Nosotros podemos aconsejarle y tirar de él, pero si no quiere…”, se sincera Miguel, dolido por no encontrar una solución que ayude a su hermano a salir de la cárcel y dejar atrás sus propios demonios, aunque sabe que será imposible hacerlo si él no quiere remar a favor.

“Hemos hecho mucho para que no se viera en la cárcel y hemos luchado mucho, hemos tratado de hacerle entender las cosas, pero no ha querido”, continúa detallando el hermano de Rafael Amargo, que reconoce que no lo ha visto bien en los últimos meses: “Yo creo que esto ha sido un bajón fuerte, moral. Yo no lo veía bien últimamente, él era el alma de la fiesta antes, todo el mundo lo quería. No sé lo que le ha pasado por la cabeza. Está enfermo y esta enfermedad es muy complicada, porque él tiene que ser el primero en admitirlo y dar el paso. Espero que se dé cuenta. Nosotros ya hemos hecho todo y quien nos conoce lo sabe”.

Pese a todo, la familia de Rafael Amargo no pierde la esperanza de que un día logre encauzar su vida y poder dejar estos problemas judiciales como una anécdota de la que aprender: “Nunca se sabe. Ojalá este tiempo en la cárcel le sirva para pensar y rehabilitarse”. Y es que reconoce que esta situación, para todos, “es un tsunami que te entra y arrasa. Cuando pasa no queda nada, tienes que reconstruirlo todo. Lo haremos. Cuando pase un tiempo y nos recompongamos iremos a la cárcel a verlo y apoyarlo”, promete el hermano, abatido.