Declaración de la Renta

Entrevista
Confiesa que volver a televisión ha sido «la mejor terapia». Así que descorchamos con Isabel Gemio (Badajoz, 1961) indagando los efectos curativos de «Bake off», el concurso de repostería de TVE que la ha reclutado. Como era de esperar, ella afronta nuestra curiosidad con la transparencia con la que reinó en la tele de los 90: «Llevaba muchos años en el banquillo, me han invitado a jugar en un puesto diferente y no he querido perder la oportunidad, airear mi mente, de mamá y de ama de casa, que lo soy y de qué manera. Ha sido terapéutico porque para mí el trabajo es salud». Con las ganas que le pone a todo -lo que ella llama «intensidad»-, podría esperarse que la pública nos la prescriba con más asiduidad. La presentadora siempre ha estado dispuesta: «Yo presento proyectos y he presentado buenos proyectos desde hace años. No depende de mí».
Reconoce que arrancó el concurso «como un flan». ¿Cuándo logró bajar ese «souflé»?
Al principio, estaba preocupada, nerviosa, me daba miedo fallar, que no me salieran las cosas como quería, no estar a la altura. Las expectativas y los nervios se cambiaron por presión, por estrés, el programa es duro y difícil, estamos mucho tiempo… Todo eso para una intensa como yo es muy intenso. Hasta tuve un ataque de ansiedad porque no me daba tiempo.
Hasta que se puso el delantal solo había hecho bizcochos. Más qué luchar por ganar, ¿esto suena a reto?
Absolutamente, ha sido un reto y un trabajo. Estoy acostumbrada a controlarlo todo y aquí estaba muy expuesta. Me daba mucha inseguridad, pero he salido más fuerte de lo que entré.
Durante años ha demostrado su maestría en la pequeña pantalla, siendo referente de muchos. ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención en su regreso?
Es un formato muy diferente. Nos han cuidado, mimado y el ambiente es maravilloso. Solo me llevo cosas bonitas. Ha sido un subidón de afecto.
La televisión se ha llenado de programas de famosos haciendo cosas. ¿Por qué «Bake off» le ha convencido?
Me han ofrecido muchas cosas pero no me he visto capaz. Yo soy cobarde, no me veo brillar en todo eso, lo mío creo que lo hago bien y prefiero quedarme con ello. Económicamente, no tengo necesidad, pero a cocinar sí me atrevo. Por mis circunstancias, de reformas en mi casa, hubo un bajón y con esto he estado fuera desde las seis de la mañana a las seis de la tarde, y he estado enfocada en el concurso.
Ha arrancado el formato con disgusto tras la expulsión de Cósima. ¿Qué ha descubierto en la hija de Ágatha Ruiz de la Prada?
Es una chica muy positiva, muy humilde, se lo tomó muy en serio, se preparaba, la veo con la cabeza muy bien amueblada y muy madura. Un descubrimiento.
Reconocía antes de la emisión de «Bake off» que sus hijos nunca la han visto en la tele, pero que igual hacía una excepción con este concurso. ¿Cuál ha sido el veredicto familiar?
No me han visto en la tele porque yo les iba a poner mis trabajos de hace 14 años. Yo es que no tengo ni fotos mías en mi casa de esa época. En la radio sí me han escuchado. Querían ver el primer programa. Y yo estaba más pendiente de sus caras que de la emisión. Se reían mucho, como yo soy muy angustias…Me han llamado exagerada. Están contentos y orgullosos. Yo no quería avergonzarles.
¿Qué consume en la tele de hoy y qué echa de menos?
No tengo tres horas para ver la tele, y si las tengo veo una exposición, voy al cine…Quizá me gustaría ver más debates, vivimos tiempos convulsos y habría que escuchar a más gente, que nos hagan análisis para entender lo que pasa.
En estos años ha ejercido mucho de madre y ama de casa. ¿También ha sacado tiempo para el autocuidado?
Tengo mis contradicciones, porque me veo joven, me veo con ilusión, con ganas de hacer cosas pero, por otro lado, esta vida más sosegada, más tranquila, siendo dueña de mi tiempo, es fascinante. No lo había vivido en 40 años, calidad de vida, tener más tiempo para cuidarme más y hacer las cosas que me gustan, no me aburro nunca.
El inicio de año ha coincidido con su cumpleaños. ¿Se ha planteado algún propósito para esta nueva vuelta al sol?
Que mi Fundación recupere la situación que teníamos antes de la pandemia. Y que la cena del 24 de febrero sea un éxito. Es en el Casino de Madrid, con el chef Paco Roncero y artistas como Pastora Soler o la ventrílocua Celia Muñoz.
¿Se dejaría convencer para reeditar «Sorpresa, sorpresa»?
Vivimos tiempos difíciles y creo que la gente necesita un entretenimiento bonito. Yo volvería a «Sorpresa, sorpresa» y le estoy muy agradecida al formato. No soy nostálgica, pero a esto sí volvería.
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