Pérdida

Serafín Sedano, retrato íntimo del religioso más cercano a los Borbón

Oficiaba la misa de los domingos en Zarzuela y bautizó a la Princesa Leonor y a la Infanta Sofía

Monseñor Serafín, capellán de la Casa Real
Monseñor Serafín, capellán de la Casa RealElPardo.net, periódico digital de El Pardo

La última vez que el sacerdote Serafín Sedano acudió a un acto público donde estuvieron los Reyes Felipe VI y Letizia, así como Doña Sofía, fue en la misa funeral por Juan Gómez-Acebo, hijo de la Infanta Pilar. Y aunque con menos repercusión mediática, también quiso estar presente en la liturgia religiosa con motivo del fallecimiento de Luis Lezama.

Con el «cura tabernero», como se le conocía por ser fundador del restaurante El Alabardero y el café de Oriente, mantenía una excelente sintonía. Hace años se reunían para cambiar impresiones en la Taberna del Alabardero, el local más emblemático frente al Palacio Real. Los dos compartían una relación muy cercana con la Infanta Pilar, de ahí que a las misas por los hermanos Gómez-Acebo, oficiadas en la Basílica castrense, acudiera don Serafín, a modo de último homenaje. Esa vez, Lezama no pudo asistir al estar recuperándose de una operación de corazón. Murió a los 88 años, el pasado 11 de enero de este año.

Ahora ha sido Sedano, con 92, y con mejor salud que su colega. Él mismo me lo comentaba a la salida de la iglesia tras el funeral, al preguntarle cómo se encontraba: «Pues ya ves, con los achaques propios, pero no me quejo porque puedo hacer una vida independiente sin depender de ayuda. Los montañeses somos muy duros».

Había nacido en Cantabria, en la localidad de Ruijas, que pertenece al municipio de Valderredible. Estaba muy orgulloso de su tierra. «Es un valle muy bonito. Salí de allí con doce años para entrar en el seminario. Era la manera que tenían las familias humildes para que los hijos estudiasen», destacaba. Una conversación que mantuve con él hace años y que se publicó en la revista «Tiempo». En aquellos años, la importancia de don Serafín tenía que ver con su dedicación como párroco de la colonia de Mingorrubio, en El Pardo, en una época en la que vivía Franco. El sacerdote, que ya se había encargado de varias parroquias en Cantabria, llegó en 1963 a Madrid y nunca más se fue.

Don Felipe VI y Doña Letizia dan el último adiós al monseñor Serafín
Don Felipe VI y Doña Letizia dan el último adiós al monseñor SerafínGtrez

No solía visitar la localidad cántabra por su dedicación pastoral en la colonia citada, pero sí aprovechaba los viajes oficiales para reencontrarse con sus orígenes. La última vez fue acompañando a la Guardia Real a Santander. Estuvo más de treinta años como capellán en el Palacio de la Zarzuela. Aunque su jubilación llegó como a todo ciudadano en su momento, no fue hasta noviembre del pasado año cuando oficialmente renunció a su labor pastoral con la Familia Real. Los domingos y fiestas de guardar seguía manteniendo la rutina y acudía a la capilla que se encuentra en el recinto del palacio a oficiar las misas. En esa conversación a la salida de la iglesia castrense, tras el funeral por Fernando Gómez Acebo, recordaba los tiempos en los que la familia al completo y los trabajadores de la Zarzuela, acudían puntualmente a la misa dominical.

Bautizó a la Princesa de Asturias y a su hermana, la Infanta Sofía. También se encargó de oficiar las Primeras Comuniones del servicio del Palacio. En especial, mantenía una relación muy estrecha con Doña Sofía, con la que a menudo pasaba largo tiempo conversando. Don Serafín conocía a «los chicos» de la hermana del Rey Juan Carlos, y también a Doña Margarita y a sus respectivos hijos, como los llamaba con la confianza que daba el trato de tantos años. Cuando el rey Juan Carlos I marchó a Abu Dabi, siguió manteniendo la confianza de los Reyes, especialmente de Felipe VI: Pero lo más importante en la vida del sacerdote fue ese cariño que le demostraron a lo largo de tantas décadas sus feligreses de su querida colonia Mingorrubio.

Don Sera, querido por todos

«Don Sera, como le llamábamos siempre, era un hombre bueno, en toda la extensión completa de la palabra. Entregado y muy pendiente siempre de la familia. Nos conocía a casi todos, incluida la cuarta generación. Le vamos a echar mucho de menos», destacan fuentes de la Familia Real.

Ayer a las ocho de la tarde se ofició una misa en su memoria en la sala Histórica del Cuartel El Rey, en El Pardo. Acudieron los Reyes, además de otros miembros de la familia Borbón.