Jesús Mariñas
La glamurosa fiesta de «Grazia»
Fue una noche mágica con una alentadora conjunción para comprobar que no todo está perdido. Madrid recuperó el martes todo su glamour. Hubo calidad y cantidad en los invitados que acudieron a la fiesta de lanzamiento de «Grazia».
Fue una noche mágica con una alentadora conjunción para comprobar que no todo está perdido. Madrid recuperó el martes todo su glamour. Hubo calidad y cantidad en los invitados que acudieron a la fiesta de lanzamiento de «Grazia», la nueva revista del Grupo Planeta (su precio es de 1 euro y después del lanzamiento será de 1,50), cuyo presidente es José Manuel Lara. El gancho de Charo Izquierdo es importante y se nota en la publicación, aunque para organizar la cita estuvo ayudada por Ali Gil, que lo sabe todo en cuestión de contactar vips. Columna Marti, esposa de José Creuheras, vicepresidente del Grupo Planeta, marcó estilo con un atuendo en blanco y negro «muy de circo», ironizó ante Carmen Posadas, que acudió con una atigrada falda de lentejuelas, como la mini túnica de Úrsula Corberó. Le van las rutilancias, igual que a Biandra Fitz-James Stuart, con un Loewe «vintage» rayado.
La reaparición de Cantizano
No faltó Fernando Delgado, que reparó en la galanura del gran Eduardo Mendoza –lleva catorce años de amor con la dulce Rosa Novell–, ante la consagradísima María Dueñas, con un abrigo largo de ante estampado en flores. Descubría que «en Cartagena respiro y escribo mejor», igual que Almudena Arteaga en Cádiz: «Por primera vez, relato algo inmediato que empieza el 14 de abril de 1931. No puedo anticipar más», contó ante Ana Gavín, otro pilar de la editorial, a quien todos preguntaban por su cuñado Paco Martín Morales: «Va tirando», dijo. Begoña Trapote ya está tan renegrida como en verano y contrastaba con Lucía, su sobrina e hijastra de Felipe González, cerca de Vega Royo Villanova, ya más impuesta socialmente que su hermana Carla. Bromeaba con Luis Galliusi, en cuadros galeses, acerca de una insinuación dirigida a Rossy de Palma, vestida como para una noche loca. La carpa lo admitía todo; de hecho, hubo contrastes protagonizados por el rígido Pascua Ortega, la apostura de Cayetano Carral, el impacto de Juncal Rivero o el «new look» de Lola Marceli, que lamentó que la crisis no abarrota el Marquina, donde Juanjo Puigcorbé imparte lecciones de buen teatro.
Javier García Obregón, por su parte, me contó que su padre mejora, a pesar de los achaques propios de una persona de 87 años, y Blanca Marsillach dijo, mostrando carnes, que su historia con Alfonso Guerra «es como la guerra del 14: está más que pasada, aunque nos vemos a veces». Lo captaba todo Isabel Gemio, quien pilló la confidencia de Jaime Cantizano: «Dejaré pasar este año antes de reaparecer. He estado mes y medio en Italia viendo, comiendo y amando. Qué país», confesó, y casi sentí celos. Ya domina el hermoso idioma y se lo demostró a Juanjo Oliva, Silvia González y Javier Bardají, todopoderosos de Antena 3. También acudió a la velada Javier Ayuso, director de comunicación de Zarzuela, con su esposa Susana, que impactó por su simpatía y sus chispeantes ojos verde esmeralda, igual que Nuria Roca, que está más delgada y sin ganas de volver a ser madre: «Con tres hijos tengo suficiente», afirmó ante Carmen Navarro y Julio Ayesa que marcó estilo de relaciones públicas, igual que Carlos Martorell. Gloria Lomana lució una chaqueta estampada e hizo decir al ex ministro Josep Piqué: «Ahora soy el señor Lomana».
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