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La nueva novia de Álex Lecquio se llama Carolina y es directora de hotel

El hijo de Ana Obregón y el Conde Lecquio vive el verano en toda su plenitud, junto a su nueva pareja y al frente de un proyecto empresarial destinado a recaudar fondos para luchar contra el cáncer.

(Actualización: Muere Álex Lequio, a los 27 años, a causa de un cáncer que padecía desde hace dos años)

El hijo de Ana Obregón y el Conde Lecquio vive el verano en toda su plenitud, junto a su nueva pareja y al frente de un proyecto empresarial destinado a recaudar fondos para luchar contra el cáncer.

La vida le ha dado una segunda oportunidad y la está aprovechando plenamente. El año pasado por estas fechas, Alex Lecquio se encontraba en un hospital de Nueva York haciendo frente al cáncer que le habían diagnosticado unos meses antes. Primaban entonces las incógnitas y conjeturas; poco se sabía de la enfermedad que minaba la salud y la moral del hijo de Alessandro Lecquio y Ana Obregón. A día de hoy, la situación ha evolucionado positivamente, y el joven empresario de 27 años hace vida normal y triunfa en el trabajo y el amor. La última revisión confirmó las previsiones satisfactorias, la enfermedad se atajó a tiempo y Alex se va recuperando con tranquilidad e ilusión, abriendo nuevos horizontes profesionales y sentimentales.

Se ha vuelto a enamorar, y esa nueva relación tiene nombre, Carolina, directora general del Hotel La Torre del Canónigo de Ibiza. Escarmentado tras su ruptura con su anterior novia, Raquel, con la que rompió en medio de su tratamiento neoyorquino, Alex mantiene una total discreción en su noviazgo con la joven, ni cuelgan fotos en las redes sociales ni se dejan ver juntos en público. Pero los «paparazzis» consiguieron la imagen de ambos, en un yate, disfrutando de unos días de vacaciones en la isla pitiusa. Con ella ha recuperado la ilusión, y no parece que la distancia –ella vive en Ibiza y él en Madrid– sea un obstáculo. Se ven siempre que pueden y disfrutan al máximo de su relación. Un rayo de luz al final del túnel. Y una mujer que le ha demostrado mucho más, en tan solo unos meses, que las anteriores en años. Según personas cercanas, Carolina es inteligente, cariñosa, sensible, comprensiva y una compañera de vida inigualable.

El visto bueno de Obregón

Ana Obregón ya conoce a la novia de su hijo, y ha dado el visto bueno porque es una persona que le inspira total confianza. Quiere lo mejor para Álex, a sabiendas de lo mucho que sufrió tras separarse de Raquel, un duro golpe añadido en uno de los momentos más difíciles de su vida. Suegra y nuera se llevan muy bien, como quedó demostrado cuando coincidieron recientemente en la revisión médica a la que se sometió el joven Lecquio en una clínica de Barcelona. Los resultados han sido muy positivos y afianzan aún más si cabe su esperanza en una completa curación.

Hace unos meses, el hijo del conde Lequio publicaba en las redes sociales: «No ha sido un año fácil, pero seguimos aquí, incluso más jóvenes que antes. Gracias por todo». Y Carolina representa una bocanada de aire fresco para alguien que ha vivido tan joven una experiencia tan cruda. La tía del joven, Paloma Lago, que estuvo casada con Javier García Obregón, uno de los hermanos de Ana, mantiene una excelente relación con su sobrino y asegura que «está estupendo y es un chico diez».

También le sonríe la vida en el campo profesional. Su empresa Polar Marketing, volcada en el terreno del marketing y los eventos, acaba de crear «Celebrize», una red de servicios para «influencers», y que también promociona actos relacionados con una cadena de restaurantes. Además, lidera otro proyecto, «Caring», encaminado a recaudar fondos para «formalizar» el estudio y la investigación del cáncer. Alex tiene muy claro que «a mi pensar, todos los que pasamos por esto tenemos la obligación de normalizar la palabra cáncer. Y yo lo hago a través de esta iniciativa solidaria, por la que vendemos perfumes y colonias para ayudar a niños y niñas de la Fundación Caico. Al hacer «clic» en la web www.caringfragancias.com podrás acceder a un portal con las historia, consejos, anécdotas... de muchos luchadores. Con solo introducir tu edad puedes leer los testimonios que comparten con nosotros luchadores que pasan o han pasado por esta situación. Igual que hice yo y otros muchos. Aparte de la ayuda económica que podamos aportar a la causa, también es importante limar el tabú que hay detrás de esa palabra aparentemente impronunciable».

El chico de las musarañas

En una de las últimas fotos familiares colgadas por su madre Obregón en Instagram aparecen ella, su hijo y sus padres. Alex siente verdadera pasión por sus abuelos maternos y les visita asiduamente en su casa de Madrid. Aparte del apoyo familiar, Lecquio Jr. tiene un nutrido grupo de amigos íntimos con los que viajó a Roma este verano.

Además, ha publicado un libro «El chico de las musarañas», en el que lanza un mensaje de ánimo a todos aquellos que, como él, luchan contra el cáncer. Un relato con tintes autobiográficos que protagoniza un joven despistado, que reflexiona sobre la vida con cuatro seres imaginarios. Como Alex afirma, «hay veces que tenemos la felicidad a un palmo, pero enmudecemos y nos perdemos en lo de siempre, cundo la clave está en levantar la cabeza y plantar la mirada donde nunca...».

Porque él nunca perdió la esperanza de curarse, y lejos de venirse abajo ha dado muestras de una fortaleza y un afán de superación increíbles. En todo momento, ha compartido mensajes de ayuda. Jamás se le pasó por la cabeza rendirse ni tirar la toalla. Al contrario, hace suya la batalla de otros para que no cejen en su lucha contra la enfermedad. Un Superviviente, con mayúscula, un hombre con una fortaleza fuera de toda duda, y un emprendedor ejemplar.