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Nueva York

Rockabilly y los conspiranoicos

En un almuerzo con sus amigas en el restaurante niMÚ de Madrid
En un almuerzo con sus amigas en el restaurante niMÚ de Madridlarazon

Hay semanas en las que el cúmulo de noticias y la velocidad de los hechos son tan grandes que todo se uniformiza y se confunde... pero algunas de estas informaciones me han dejado «pasmá», como el escrito preventivo del fiscal Horrach, en el que presenta al instructor del «caso Urdangarín», José Castro, como «conspiranoico», ignorante y –por si estas lindezas fuesen pocas– le achaca «motivos bastardos» a la hora de imputar a la Infanta Cristina en un cúmulo de contradicciones y disparates que son vergonzosos y dan una imagen nefasta del mundo judicial, nada beneficiosa para nuestra maltrecha democracia. Desde luego, lo que sí podemos es felicitar al fiscal por su imaginación para el insulto: me encanta lo de «conspiranoico», igual que me gusta borrar, por horrorosas, palabras de mi vida como sudadera, braga, sobaco o wáter... También me gusta incorporar otras por su sonido y rotundidad, como Samarkanda, Maracaibo, Trinidad y ¡conspiranoico! Manías que tiene una. Así que ¡a otra cosa!, que el tema Urdangarín me aburre soberanamente; sólo quiero que devuelva lo que supuestamente se ha llevado y desaparezca.

Hay personas de las que sí merece la pena hablar y dan más glamour a esta vida tan casposa que nos está rodeando en España. Por ejemplo: la familia italiana Prada, fundadores de la emblemática firma de moda que crea tendencia con Miuccia –esa mujer brillante y extraña– al frente de ella. Ahora se harán cargo de la restauración de «La última cena» de Giorgio Vasari, que se encontraba en la iglesia de La Santa Crocce y que había sufrido un gran deterioro tras permanecer sumergida dos días a consecuencia del desbordamiento del florentino río Arno en 1966. Los mecenazgos por parte de las grandes firmas me parecen dignos de elogio y sería bueno que en nuestro país siguiesen el ejemplo. De la misma forma, la editora de «Vogue», Anna Wintour, ha apoyado la renovación del MET, recaudando125 millones de dólares y convirtiéndose en una de las mayores benefactoras del centro, al que se ha dotadode las últimas tecnologías para crear exhibiciones punteras y desarrollar nuevas técnicas de conservación. Como agradecimiento, se ha bautizado con su nombre el renovado instituto: el «Anna Wintour Costume Center» abrirá sus puertas con una gran fiesta el 8 de mayo en Nueva York. Reconforta ver estos ejemplos, aunque en España la moda parece no valorarse como debiera, a pesar de ser un gran exponente sociológico a lo largo de la historia.

Y hablando de América, acaba de aterrizar en Madrid Benefit, la firma de cosmética que nació en San Francisco en 1976 de la mano de dos hermanas gemelas, Jean y Jane Ford, con una preciosa imagen corporativa inspirada en los años 50 y el «rockabilly»: el rosa chicle impera creando un estilo muy «kitsch» que envuelve y hace soñar. Su gran éxito en los 80 fue el producto «lip plump» (labios regordetes) y los tintes de cejas y pestañas. En la actualidad se encuentra integrado dentro del grupo LVMH.

Y como siempre me gusta darles buenos consejos, no dejen de visitar el restaurante niMÚ del Hotel Adler, el sitio de moda en Madrid, con una cocina excelente en pleno barrio de Salamanca. Es mi sitio favorito para los almuerzos con amigos y sobremesas de charla interminable. Por el ambiente acogedor que se respira, invita a quedarse. Y ya saben: a comprar el «lip plump» para presumir de unos «labios regordetes».