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Autopsia del retrato de Melania Trump: poder, fuerza y autoridad
Expertos consultados por LA RAZÓN están de acuerdo en el paso al frente de la «First Lady»
La figura de la primera dama en Estados Unidos es tan relevante que incluso cuenta con su propio retrato oficial, como nuestros Reyes o presidentes –¿se imaginan a Begoña Gómez posando en calidad de esposa de Sánchez?–. El de Melania Trump se hizo público esta misma semana y el resultado dista mucho de aquella primera fotografía cuando llegó a la Casa Blanca en 2017. De primeras, la mujer del líder del «mundo libre» transmite poder y autoridad. De hecho, su postura recuerda a la de Claire Underwood en una de las escenas más recordadas de «House of Cards», en cuya última temporada el personaje interpretado por Robin Wright se convierte en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos.
De momento, Melania sigue un paso por detrás de su marido, pero tanto los aspectos técnicos como estéticos de la imagen apuntan a una nueva era en la que parece decidida a dar un paso al frente, a estar junto a él en la toma de decisiones importantes. «Está todo muy estudiado, se nota que ha sido modelo. Trump y ella han llegado avasallando y su idea parece la de poner orden y mando. Si te fijas en la mesa, no está llena de carpetas o documentos de trabajo, sino que la imagen de Melania está muy limpia. De hecho, hay un reflejo que le otorga más presencia todavía, amplifica su halo de poder», explica a LA RAZÓN Daniel Sánchez Alonso (@dansanphoto), fotógrafo profesional especializado en retratos. El artista señala también que la elección del blanco y negro no es casual, sino que se trata de una decisión para «dar claridad al mensaje. Con el traje negro y la camisa blanca se potencia el contraste y da mucha profundidad. Se va directamente al mensaje, sin accesorios».
Sobre la elección de la fotógrafa, la belga Regine Mahaux, Sánchez Alonso indica que ha acompañado a la familia Trump desde hace años, aunque no esté en el «top ten» como fotógrafa. De hecho, destaca «el excesivo retoque» sobre el rostro de Melania, una práctica que resta autenticidad al retrato: «Falta un poco de humanidad. Está bien disimular una arruga, como han hecho en otros retratos, pero esta vez se han pasado».
Su lenguaje no verbal
Más allá de los aspectos técnicos de la fotografía, la postura y el gesto de Melania Trump también hablan mucho de poder y predisposición. «Su tronco se encuentra muy erguido, y sus brazos separados, ligeramente alejados del tronco. Apoya su peso en la mesa e inclina el tronco hacia el espectador. Esto conforma una postura de poder de manual. El mensaje que lanzan es evidente: dejan clara su autoridad en esta nueva etapa. Transmite la fuerza y la confianza que tiene en sí misma y con la que afronta esta legislatura», explica Marisa Vera, analista de comunicación no verbal y socia experta en ASENOVE.
Además, pone el foco en la mirada de Melania: «Mira a la cámara fijamente y lo hace con una ligera elevación del párpado inferior. Esa tensión en sus ojos añade emocionalidad, una microexpresión que ayuda a percibirla más seria y desafiante, con más determinación». Bajo el punto de vista de Vera, «han conseguido que todos los canales no verbales sean muy congruentes entre sí y que el mensaje que pretende comunicar la Casa Blanca sea claro y contundente: Melania es una primera dama superdiferente a las que nos tienen acostumbrados en Estados Unidos. Es una mujer con poder, seria, desafiante y profesional. Dispuesta a la acción y a estar presente».
Su imagen personal y atuendo también hablan mucho de esta nueva Melania en la Casa Blanca, tal y como indica María Uranga, asesora de imagen con su propio gabinete en Bilbao: «Está claro que ella es modelo. Lleva un traje de caballero, con un estilo mascuino muy en tendencia. Es una forma de decir que ella tiene voz y voto. Es un giro muy radical en comparación con su primera foto oficial, que la mostraba como una mujer más sumisa y apartada. Su traje, su look en general, indican que ahora ha dado un paso al frente». Compara la imagen con la de una campaña de una firma de lujo: «Se aprecia el toque de inaccesibilidad de las grandes marcas. Es un mensaje que indica ‘‘esto no es para todos’’». Desde luego que no...
Su primer retrato como primera dama
Su nuevo retrato como primera dama no tiene nada que ver con el que se le tomó cuando llegó a la Casa Blanca por primera vez en 2017.
«Tenía una postura más cerrada, con los brazos cruzados. Transmitía un mensaje como de mujer profesional, pero con más cercanía y con una emocionalidad mucho más positiva que se percibe gracias a esa ligera sonrisa», indica Marisa Vera. «Era una imagen políticamente correcta, diciendo que estaba sin estar, por detrás de su marido y sin voz ni voto», añade María Uranga.