Pasarela política

Borja Sémper, un estilo al que hay que exigirle más

Con el portavoz nacional del Partido Popular no nos sirve la perfección, siempre esperamos que se supere

Entrevista a Borja Semper, portavoz nacional del PP para la campaña de las elecciones autonómicas y municipales de Mayo de 2023
Entrevista a Borja Semper, portavoz nacional del PP para la campaña de las elecciones autonómicas y municipales de Mayo de 2023Gonzalo PérezLa Razón

El regreso a la política de Borja Sémper fue visto como uno de los grandes fichajes del renovado equipo de Alberto Núñez Feijóo. Y, pese a ser un clásico del Partido Popular, se interpretó como aire renovado para una formación que buscaba girar al centro. El político y poeta vasco, con un perfil templado, encarnaba a la perfección la imagen impecable que buscaba el líder gallego.

Sémper lleva trabajando esta imagen también a través de su estilo. Es de la vieja escuela que sabe llevar bien un traje, pero también controla cuando toca ir de sport. Así que se maneja a la perfección en todos los terrenos que se le presentan. Y aquí es quizás donde, en moda, le podemos mandar a septiembre. Porque está bien eso de ser consciente de que uno no es experto, pero no hay que conformarse.

Borja Sémper
Borja SémperInstagram

El nudo de la corbata, bien; la camisa; bien; el pantalón, correcto; los zapatos, a veces mejorables y las americanas, en algún momento una talla por debajo de lo necesario, pero, pese a todo, la valoración suele ser positiva. Su problema es que vemos a Sémper como al compañero listo de clase al que siempre hay que exigirle más que a sus compañeros. Está bien su look desaliñado que bien podría ser portada de un grupo indie de San Sebastián, pero nos falta algo más de moda, algo más de riesgo, algo más de la guerra que ha empezado a dar con alguna de las declaraciones que ha realizado en su labor como portavoz nacional del Partido Popular. Ahora que parece que comienza a llenar sus palabras de estampados provocativos, que buscan despertar a unas bases a veces dormidas, no estaría de más que trasladara esas coloridas peroratas en un dibujo en su corbata, unos cuadros en sus camisas o un pañuelo llamativo en su americana. Sémper no debe conformarse con hacer bien lo típico, tiene que innovar y esa asignatura todavía la tiene pendiente.

El yerno casi perfecto

Borja Sémper es de Irún, y si el ser vasco se pudiese medir, Borja sería muy vasco. Es un hombre guapo, sin discusión alguna, de viril belleza no impostada. «El nene de los calcetines con ositos», como le llamaba Losantos, está más atractivo que antes –ahora que ha superado los cuarenta y muchos – y su evolución parece natural. Tal vez mejoraría dejándose la barba más espesa –ya que la imagen de barba de tres días está algo demodé– y arreglando algo la dentadura, blanqueándola y alineándola. Pero también es guapo por dentro. Es un apasionado del fútbol, confeso seguidor del Real Madrid. Además, practica surf, es «runner» y se considera un lector voraz y un amante de la música. Su afición por el cine es notable, y ha publicado tres libros, de los cuales dos son de poesía. Como un amante declarado de la cultura, todas estas facetas lo hacen todavía más atractivo. Parece el yerno perfecto. Su belleza no chirriante es extrañamente familiar y a la vez inalcanzable: hasta Yolanda Díaz, la tigresa de terciopelo, ha caído en la romántica red de sus afectos. Porque Borja, además de guapo, es resultón, aunque a mi me gustaba más con las New Balance y las camisas arremangadas que con los trajes. Por Marta Boira.