Opinión

El diario de Amilibia: La gran carcajada del clown

"Si Él quiere hacer carrera como el Gran Clown de circo nacional, no le conviene carcajearse: el payaso blanco es guapo, elegante, petulante y autoritario, pero no se ríe"

El presidente del gobierno, Pedro Sanchez, en el pleno de investidura en el Congreso de los Diputados. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 15 11 2023
El presidente del gobierno, Pedro Sanchez, en el pleno de investidura en el Congreso de los Diputados. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 15 11 2023 © Alberto R. RoldánLa Razón

No se puede perder la fe en las matemáticas, pero sí en los calculadores de masas y en su objetividad. Por ejemplo: la protesta en la Puerta del Sol contra la ley de amnistía reunió un millón de personas según los convocantes, y tan solo 80.000 según la Delegación del Gobierno. A falta de la luz de algún sabio científico especializado en el asunto, las lenguas de vecindona valoran tres posibilidades: 1) El ChatGPT de la delegación del Gobierno ama al Apolo de la Moncloa. 2) El calculador oficial de la delegación ve menos que un gato de escayola. 3) La susodicha delegación tiene subcontratado a José Félix Tezanos, el del CIS, para hacer sus mediciones.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz
Pedro Sánchez y Yolanda DíazAlberto R. RoldánLa Razón

Hablando de manifestaciones, la Yoli, en la última marcha marchosa a la que ha asistido, esta vez por la independencia del Sahara, ha dicho: «Pido a Feijóo que se coloque del lado del respeto a las instituciones». Le han gritado que eso mismo se lo diga al Glorioso Investido, pero no están las cosas como para provocar otra gran carcajada presidencial como la de anteayer en el Congreso, que fue sonada y sonora. Nunca la idea de que Feijóo no quisiera ser presidente vendiendo España ha provocado tanta risa, ni siquiera cuando cuenta chistes de gallegos, que lo borda, según su tía la monja y Cuca Gamarra. Pero si Él quiere hacer carrera como el Gran Clown de circo nacional, no le conviene carcajearse: el payaso blanco es guapo, elegante, petulante y autoritario, pero no se ríe. Ahí tiene, como ejemplos, a Charlie Rivel, que solo aullaba, y a Charlot, solo sonriente.

Eso si no quiere que la coulrofobia, miedo a los payasos, se convierta en antropofobia, miedo a los tontos. Que los pros y los contras se los calcule Tezanos.