Opinión

El diario de Amilibia: Lo que necesita es amor

La sorpresa sería el anuncio de que ahora Él y la Bego se van de puente largo a Marruecos en plan luna de miel

AMP.- Alrededor de 350 personas se concentran por segundo día consecutivo en Ferraz para apoyar a Pedro Sánchez
AMP.- Alrededor de 350 personas se concentran por segundo día consecutivo en Ferraz para apoyar a Pedro SánchezEuropa Press

El Apolo de la Moncloa se ha transformado en el Mago del Suspense para convertir el circo nacional en un casino en el que el personal se está apostando hasta el adelanto de la paga de julio: ¿se va o se queda? No lo sabremos hasta hoy, cuando pronuncie su homilía bajo la advocación de la festividad del día, san Pedro Mártir. Según las encuestas a pie de timbas, la mayoría apuesta a que se queda. Pero, al margen de lo que comunique a los fieles e infieles, ya nada será lo mismo desde hoy. Ha puesto el listón muy alto: ¿qué nueva sorpresa superará a todas las sorpresas paridas? ¿Qué tendrá que hacer a partir de ahora para dejarnos boquiabiertos, pasmados, desconcertados o estupefactos? ¿Qué inventará el Gandalf de la Tierra Media o de la Media España?

Mientras el mundo contiene la respiración, algunos hermeneutas interpretan que la parada reflexiva radica en su necesidad de amor. No solo el amor de la Bego, que se le supone, sino el amor de un pueblo que se rompa la camisa estilo Camarón en una especie de funeral, clamando entre sollozos por la resurrección del muerto más vivo de nuestra reciente historia, y le cante por sevillanas: «No te vayas todavía, no te vayas por favor/ No te vayas todavía/ que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós». O el «Resistiré» para sumarse al «No pasarán» de Patxi López/La Pasionaria. A su necesidad de amor hay que sumar el abrumador peso de los secretos que sólo el Apolo de la Moncloa y Pegasus conocen: asuntos entre dioses que los pobres mortales no podemos ni imaginar.

La sorpresa sería el anuncio de que ahora Él y la Bego se van de puente largo a Marruecos en plan luna de miel: cinco días les han sabido a poco.